sábado, 30 de abril de 2011

~Capítulo 15~

*NARRADO POR LAURA:



15 de septiembre. Empezaba el instituto. Me duché y me vestí, desayuné un plátano y esperé sentada a que llegaran los demás para ir todos juntos.
Desde que Justin se fue no he salido de casa. No salía con los chicos. Los primeros días me llamaban para quedar, pero después al escuchar siempre mi misma respuesta: “no, no tengo ganas”, dejaron de llamarme; aún así, quedamos para ir todos juntos al instituto.

¡DING-DONG!


Abrí la puerta y estaban todos esperando. Ryan y Caitlin estaban cogidos de la mano, al igual que Chris y Mónica, y Chaz y Sarah.




-Yo: ¡Hola! -cerré la puerta al salir.
-Todos: ¡Hola! -empezamos a caminar dirección al instituto.
-Yo: ¿Qué me he perdido? -le pregunté a David.
-David: Pues lo que ves, que están de novios, menos yo -rió.
-Yo: Ya encontrarás a alguien, seguro -reí.
-David: Ey, ¿por qué te ríes? -me dio un codazo.
-Yo: ¿Yo? Por nada, por nada... -volví a reír.



¡Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing! ¡Por fin a mi casa! ¿Las clases?, ¿hace falta responder? Pues vale, respondo, A-BU-RRI-DAS, como siempre, pero más ahora que no hacía otra cosa que pensar que estaría haciendo Justin en ese momento.



*NARRADO POR JUSTIN:


Hacía quince días que no veía la sonrisa de Laura, quince días que no escuchaba su preciada voz, quince días sin oír su contagiosa risa, quince días sin probar el sabor de sus labios, hacía quince días que yo había dejado de vivir.

Hablábamos todos los días, sí, no lo voy a negar. Pero está claro que no es lo mismo, ni de lejos.
Ya había acabado los conciertos de Italia y Francia, y estaba en el aeropuerto para coger el avión rumbo a Londres.



*NARRADO POR LAURA:



Todas las parejas se fueron juntas, yo iba con David. Me sentía sola. Sin Justin y sin mis amigos. Por una parte me alegraba que David no tuviera novia, así no estaba sola. Egoísta, eso es lo que soy. Y por otra parte me gustaría que tuviera novia, porque, enamorarse, al fin y al cabo, es bueno.


-David: Yo estoy bien -sonrió- y... ¿qué tal tú?

-Yo: Yo... -suspiré- bueno, prefiero no pensar en ello.
-David: Entiendo, debe ser difícil, ¿no?
-Yo: No sabes cuanto, no sabes cuanto.


Baby (Justin Bieber, quiero decir, mi Justin) En menos de un segundo ya había pulsado el botón para contestar.



*CONVERSACIÓN TELEFÓNICA:



-Yo: ¡Justin!

-Justin: ¡Princesa! -en mi cara se dibujó una sonrisa- ¿Qué tal el primer día de clase?
-Yo: Aburrido...-suspiré- y tú, ¿dónde estás?
-Justin: En el aeropuerto, voy a Londres.
-Yo: ¡Qué bien!
-Justin: Ojalá pudiera decir lo mismo -un silencio se abrió paso en nuestra conversación.
-Yo: Justin, a mí tampoco me gusta estar lejos de ti -dije rompiendo el silencio.
-Justin: Lo sé princesa, lo sé.
-Yo: ¿Sabes si la gira se alargará? -tragué saliva.
-Justin: Pues, a decir verdad, no lo sé. Pero, lo más probable es que se alargue... un año -dijo con un tono de voz casi inaudible.
-Yo: Un año... mucho tiempo.
-Justin: Sí, mucho tiempo, demasiado tiempo.
-Yo: ¿Por qué no hablamos de algo más agradable, te parece bien?
-Justin: Me parece bien. Y... ¿qué tal los chicos? -David empezó a hacer gestos raros en modo de despedida, yo le respondí con un movimiento de brazo y giré por mi calle- ¿Estás ahí?
-Yo: Eh, sí, perdona, me estaba despidiendo de David. Pues, los chicos... son novios.
-Justin: ¿Quiénes?
-Yo: Ryan y Caitlin.
-Justin: Se veía venir.
-Yo: Chris y Mónica
-Justin: ¿En serio?
-Yo: Sí, en serio -reí- y Chaz y Sarah.
-Justin: ¿Y David?
-Yo: No, David no tiene novia, que yo sepa -llegué al porche de mi casa, saqué las llaves y abrí la puerta. Subí a mi habitación.
-Justin: Pues me alegro por los chicos.
-Yo: Sí, yo también -me tumbé en la cama.
-Justin: ¿Qué haces ahora?
-Yo: Estoy tumbada en la cama, estoy muerta. ¿y tú?
-Justin: Estamos facturando las maletas, bueno, ESTÁN, yo estoy al lado encapuchado hablando contigo -rió.
-Yo: Me alegro de que estés hablando conmigo. Las maletas pueden esperar.
-Justin: Eso digo yo -reímos. Escuché unas voces que llamaban a Justin- Laura, lo siento, me tengo que ir, ya hablaremos -dijo con un tono de voz apagado- Te amo.
-Yo: Vale Justin, ya hablaremos, te amo más.
-Justin: Já, que te lo crees tú.
-Yo: Pues es verdad, eh -protesté como una niña pequeña. Justin rió. Otra vez lo llamaban.
-Justin: Vale, vale, tú me quieres más... -rió- bueno, ya sí que me voy que de tanto llamarme me van a gastar el nombre.
-Yo: Vale, adiós. Hasta mañana.

*FIN DE LA LLAMADA TELEFÓNICA:

Hablaba pocos minutos con Justin al día, pero esos minutos eran los mejores del día.



23 Octubre, 2011:


Los días pasaban y cada vez eran más rutinarios, mis días se resumían en: Ir a clases, comer y dormir, fin. Y a veces lo de comer me lo saltaba, no tenía hambre.

Ya apenas hablaba con Justin, una o dos veces por semana y cuando hablábamos no era por más de cinco minutos. Es lo que tiene que tu novio sea el ídolo juvenil del momento y esté un año y medio recorriendo mundo y sin veros.
A veces llegaba a pensar que hubiera sido mejor no continuar nuestra relación, haberla finalizado, o simplemente, haberla pausado, darnos un tiempo, al menos hasta que volviera de la gira. Pero, eso, por mi parte, es imposible, yo no hubiera sido capaz de ponerle un fin, no, no hubiera sido capaz.
Pero, todo era tan confuso... si Justin hubiera querido dejarlo, lo hubiera entendido.



17 Diciembre, 2011:


Mis lágrimas no cesaban, caían y caían resbalando por mi rostro, intenté parar de llorar sin éxito, no sé que me pasaba, no podía parar. Las lágrimas seguían saliendo de mis ojos y estas rodaban por mis mejillas hasta llegar a mis labios y notar su salado sabor. Tenía dolor de cabeza de tanto llorar y la cara roja. Me tumbé en la cama y pensé en todo. ¿Por qué? Eso era lo único que merodeaba por mi cabeza. ¿Por qué? ¿Por qué me ha hecho esto?, ¿Acaso le he hecho yo algo? Primero, dejamos de llamarnos con tanta frecuencia, después no nos llamábamos, bueno, quiero decir, no me llamaba porque yo lo llamaba siempre, todos los días, pero él nunca podía ponerse al teléfono, y ahora, ¿esto?

Noté un punzante dolor en la parte izquierda del pecho, en el corazón. Era como si no pudiera respirar.
Lo único que quería, era gritarle al mundo: ¿¡POR QUÉ!?, pero tenía un nudo en la garganta que me lo impedía. Cerré los ojos e intenté dormir un rato para calmarme.



*SUEÑO:



Estaba en un prado, no, no estaba en un prado, estaba en EL prado, el mismo prado al que Justin me llevó cuando hicimos un mes. Todo seguía igual, con la excepción de que, esta vez, estaba sola, no estaba Justin.
Bajé a la orilla del lago y vi a Justin, este se giró y me miró.


-Justin: ¡Laura ven!



Yo, no sabía por qué, pero estaba asustada, aún así me acerqué a él.



-Justin: ¡Venga, métete en el agua conmigo!



Me aproximé poco a poco hasta que mis pies empezaron a mojarse, seguí más adentro hasta que el agua me cubría las rodillas.

De repente, todo empezó a dar vueltas, yo me mareé y me caí. Cerré los ojos deseando que todo parara de inmediato. Abrí los ojos y no estaba en el prado, estaba en una especie de túnel, todo estaba oscuro, no podía ver nada.


-Yo: ¿Justin? -pregunté. No hubo respuesta- ¿Justin? -dije esta vez en un tono de voz más alto. Escuché un ruido a mis espaldas, me giré y pude contemplar una luz brillante y cegadora, aparté rápidamente la vista. Mis ojos se clavaron en el lago, estaba otra vez en el prado. Justin seguía en el lago, yo volví a acercarme, pero Justin no estaba solo, con él había una chica, y estaban besándose. Quería llorar, pero mis ojos no derramaron ni una sola lágrima, no eran capaces. Me acerqué y la vi, la vi a ella, vi a Kayla. Yo solo grité y ahora sí, las lágrimas corrieron por mi cara. Justin y Kayla, que estaban de espaldas, se giraron y me vieron. Kayla sonrió y Justin se limitó a mirarme a los ojos con una mirada inquietante para luego mirar a los de Kayla y besarla.




*FIN DEL SUEÑO:



-Alicia: ¡Laura despierta! ¿Qué pasa? -preguntó asustada. Abrí los ojos y empecé a llorar de nuevo, me abalancé sobre mi madre y la abracé con fuerza, deseando que ese abrazo no acabara nunca- ¿Has tenido una pesadilla?
-Yo: Eh, sí...
-Alicia: Vale relájate, y cuando quieras baja a cenar.
-Yo: No, no quiero cenar.


Mi madre salió de mi habitación y recordé por qué lloraba, no lloraba por el sueño, no, lloraba por lo que me pasó antes de dormir.




[ ESA MAÑANA ]


Estaba viendo la tele y dijeron: “tenemos una exclusiva, tenemos fotos de Justin Bieber con su nueva novia” Yo reí, seguramente sería alguna fan loca que lo abrazó al verle. Fui a cambiar de canal y salieron unas imágenes de Justin con una chica, por la playa y cogidos de la mano.




-Presentador: Esta chica es Kayla, la cantante del momento, igual que Bieber tiene 17 años y está arrasando por Europa y Norteamérica. Ya se les ha visto varias veces juntos, el pasado 27 de noviembre los vimos salir de un restaurante de alto nivel en Dublín -salió dicha imagen- también los vimos muy cariñosos en el vestíbulo del hotel de Berlín -mostraron la imagen- los hemos visto en muchísimos más sitios, pero, ahora vamos a mostrar la imagen que llevamos esperando desde hace tanto -en la pantalla se podía ver una imagen de Justin y Kayla besándose. Mi corazón se rompió en dos, ¿en dos? ¡No! En millones y millones de trocitos, comencé a llorar y antes de que pudiera apagar la televisión, salió un fragmento de una entrevista a Justin.


-Reportero: Y... Justin, ¿qué tal con Kayla?

-Justin: ¿Kayla?
-Reportero: Sí, sí, Kayla, la joven cantante que será tu telonera en tu gira. Esa con la que estás saliendo, porque... ¿estáis saliendo, no?
-Justin: Sí, salimos a la calle como cualquier persona normal.
-Reportero: No, no, quiero decir que sois novios.
-Justin: ¿Novios? -el reportero asintió. Justin suspiró- sí, somos novios desde el 27 de noviembre.



Apagué la tele y subí a mi habitación entre llantos y sollozos.


[ TIEMPO ACTUAL ]



Otra vez la misma pregunta, ¿por qué? ¿Que he hecho yo? Si se había cansado de mí, sería muy considerado por su parte que me hubiera dicho que no quería seguir siendo mi novio.


Cuando ya estaba más tranquila bajé a por un vaso de agua.



-Alicia: Laura, tengo algo que decirte -sonrió.

-Yo: Sorpréndeme.
-Alicia: Justin viene el 9 de enero a Toronto a dar un concierto, si quieres podemos ir a verle, ¿sí?
-Yo: ¿Qué? ¡no!
-Alicia: ¿Por qué no?
-Yo: Porque no y punto -subí a mi habitación y me acosté.



Las navidades pasaron lentas y familiares, de esas que dices “sí, son mi familia, pero... a ver si se va cada uno a su casa” No recibí ninguna llamada de Justin en todo ese tiempo solo un mensaje en Año Nuevo que decía: “Feliz Año Nuevo” y ya está, así de soso.
Era 9 de enero. Sí, hoy era el concierto de Justin en Toronto, sí, iba a ir pero única y exclusivamente para hablar con él de lo que hizo ya que él no me contesta a las llamadas.
El concierto empezaba a las 20:30 y acababa a las 22:30, llegamos a las 20:00 pero no pudimos ver a Justin porque estaba ensayando. Él cantó todas sus canciones, también estaban Sean Kingston (Eenie Meenie), Jaden Smith (Never Say Never) y Kayla (sustituía a Jessica Jarrell en Overboard). Nosotros estuvimos en el backstage, mis padres vieron el concierto, yo no, yo me puse los cascos y estuve conectada a Internet desde mi móvil. El concierto había acabado, ya casi no quedaba gente. Sentí una mano en mi hombro, me giré y vi a Pattie, a la que tampoco veía desde hacía poco más de cuatro meses.


-Pattie: Laura, ¡cuánto tiempo sin verte! -me abrazó.

-Yo: Sí, desde finales de verano -le seguí el abrazo.
-Pattie: ¿Te ha gustado el concierto?
-Yo: Eh... sí, me ha gustado mucho -disimulé.
-Pattie: Ah, Justin está en su camerino, no sabe que has venido.
-Yo: Vale, ahora iré. Hasta luego.


Iba por los pasillos cuando me choqué con alguien.



-xXx: Eh, perdón -se disculpó.

-Yo: No pasa nada -levanté la mirada y vi a Kayla.
-Kayla: Hola -sonrió- soy Kayla, la novia de Justin ¿y tú? -eso me dolió. “la novia de Justin”.
-Yo: Eh, soy Laura, la novia de -mierda, ¿novia de quién?- la novia de... del primo de Justin.
-Kayla: Ah, encantada. Ya nos veremos -siguió hacia su camerino.



Yo seguí caminando hasta que llegué a una puerta que ponía: “JUSTIN”. Cogí aire y llamé a la puerta.



*NARRADO POR JUSTIN:


Estaba cambiándome de ropa cuando llamaron a la puerta. ¡TOC-TOC!




-Justin: Un momento -me puse bien los pantalones y abrí la puerta.


Laura, Laura estaba en la puerta, yo no supe reaccionar, ella pasó dentro y cerró la puerta.



*NARRADO POR LAURA:



Justin abrió la puerta y no dijo nada, así que yo pasé y cerré la puerta. Justin solo tenía puesto unos pantalones. Se había cortado el pelo, lo que le hacía parecer más mayor.

Nadie hablaba. Había un silencio muy incómodo. De esos que no sabes como rehuir.


-Yo: Hola -dije seca.

-Justin: Hola -respondió.


Otra vez ese molesto silencio, pero yo no iba a callarme, no.



-Yo: ¿No piensas decir nada?

-Justin: ¿Como qué?
-Yo: Ah, pues no sé, como ¿qué tal?, ¡cuánto tiempo sin vernos!, te he echado de menos, te quiero, te odio, SIENTO TENER OTRA NOVIA SIN HABERTE AVISADO... -grité histérica.
-Justin: ¡Laura, no me grites!
-Yo: ¡No me grites tú a mí! -se me saltaron las lágrimas.
-Justin: Laura, yo... -suspiró- yo... ya no te quiero.
-Yo: Lo sé, y dudo mucho que me hubieras querido alguna vez -abrí la puerta- Adiós, hasta nunca.
-Justin: Laura, yo... puedo explicártelo...
-Yo: No, guárdate tus palabras. Olvídame, ¿vale? Yo también te olvidaré, lo prometo.
-Justin: Pero, Laura, yo no puedo ni quiero olvidarte.
-Yo: Justin, lo que has hecho... me dolió mucho, y tú nunca me has querido, así que, olvídame. Ya nos veremos cuando vuelvas a Canadá dentro de un año. Pero nosotros -cogí aire- ya no somos nada. Adiós -cerré la puerta tras mí mientras que las lágrimas recorrían mis mejillas.



Salí de su camerino y me fui en busca de mis padres para irnos ya a casa.
En el camino de vuelta a casa estuve observando como pasaban los coches a nuestro alrededor, como brillaban las estrellas y como cada vez estaba más lejos de Justin.
Cuando llegamos subí a mi habitación y cogí el móvil, tenía un mensaje de Justin. Cuanto tiempo hacía que no recibía un mensaje de él.


<<Laura, lo siento, de verdad, creéme. Te juro que puedo explicarlo, pero no ahora, cuando acabe la gira, por favor. Justin>>




A lo que respondí:



<<Justin, de nada me sirven tus excusas. Para mí, ya no existes. Laura>>



Leí el mensaje varias veces y después pulsé el botón de “enviar”. Enviado.
No esperaba una respuesta, pero Justin respondió.


<<Si de verdad me quieres o me has querido me dejarás explicarme dentro de un año, cuando la gira haya acabado. Justin>>




Yo no respondí. Me puse el pijama, me metí en la cama y esperé a que el cansancio me venciera. 

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