domingo, 28 de agosto de 2011

~Capítulo 30~


*NARRADO POR LAURA:

En cuanto acabé de hablar con Justin por el móvil, me tumbé en el sofá. Cogí el mando de la tele y empecé a poner canales. No había nada interesante. Apagué la tele y cogí el ordenador. Lo encendí, me metí en Twitter y en mi correo. No tenía nada nuevo, aparte de miles de mensajes de chicas que querían matarme. Aunque ya no eran tantos como al principio, había bastantes mensajes que decían que apoyaban nuestra relación. Eso me reconfortaba. Además, hace algún tiempo Justin dijo en una entrevista “Laura es parte de mi vida. Si no la respetáis a ella, no me respetáis a mí” palabras textuales.
Después de estar un rato haciendo el tonto con el ordenador, me quedé dormida.

*NARRADO POR DAVID:

Raquel estuvo durmiendo toda la tarde, aunque de vez en cuando se despertaba. Yo estuve todo el rato en la cama de al lado viéndola dormir. Eran las 21h y Raquel se despertó.

-Yo: Raquel.
-Raquel: Dime -dijo un poco ronca por haber estado llorando.
-Yo: Me voy a ir ya, ¿vale?
-Raquel: Claro -sonrió- Te acompaño abajo.
-Yo: No, no. Quédate aquí, sigue descansando.
-Raquel: Uf, no puedo descansar más -rió- Venga, te acompaño.
-Yo: Vale -sonreí.

Bajamos al salón, Laura y Caro estaban allí. Aunque cada una en un extremo del sofá. Estaban muy distantes entre sí. Carlos estaba en la cocina.

-Laura: David, ¿te vas ya?
-Yo: Sí.
-Laura: ¿No quieres quedarte a cenar?
-Yo: No, gracias.
-Laura: ¿De verdad que no?
-Yo: De verdad -sonreí- no tengo hambre.
-Laura: Mmm, te tendré que creer -rió.

Era una de las pocas conversaciones que había tenido con Laura desde que cortamos. Aún la quería, y mucho. Pero yo sabía que ella no era para mí más que una amiga. Tendría que conformarme con eso.

-Raquel: ¿David?
-Yo: Eh, ¿qué? Perdón, no te escuchaba.
-Raquel: No pasa nada -rió- decía que... ¿vas a venir mañana? -preguntó aquello último demasiado rápido y con un hilo de voz prácticamente inaudible.
-Yo: Eh, no sé. ¿Quieres que venga?
-Raquel: No sé, ¿tú quieres venir?
-Yo: Sí -sonreí- vengo mañana, ¿no?
-Raquel: Vale -sonrió.
-Yo: Pues me voy ya, adiós -me despedí de Raquel con un beso en la mejilla y de los demás con un leve movimiento de cabeza. Abrí la puerta y salí.

*NARRADO POR LAURA:

-Carlos: Raquel, ¿quieres cenar?
-Raquel: Mmm, no tengo hambre.
-Carlos: Venga, tómate algo.
-Raquel: Bueno, tráeme una manzana.

Carlos fue a la cocina y después volvió con una manzana que le dio a Raquel. Esta la cogió y se fue arriba, a su habitación.

-Caro: Laura, ¿podemos hablar?

Miré a Carlos, este pilló la indirecta y se fue arriba para dejarnos hablar solas.

-Yo: Claro -me encogí de hombros.
-Caro: Bueno, verás... creo que antes me pasé contigo.
-Yo: Yo.. -me interrumpió.
-Caro: Espera, déjame acabar. Te dije que intentabas ligar con Carlos, pero sé que es mentira. Tú no eres así. Y... si quisieras algo con Carlos, como tú dijiste antes, no lo harías ahora, y dejarías a Justin. Lo siento, Laura. No sé qué me pasó.
-Yo: No pasa nada -sonreí- pero tú, igual que yo, sí sabes qué te pasó.
-Caro: No vayas a decir lo que creo que vas a decir.
-Yo: Sí -asentí- celos.
-Caro: Te dije que no lo dijeras.
-Yo: Pero es la verdad.
-Caro: No es verdad.
-Yo: Sí es verdad. Te gusta Carlos, desde siempre. Admítelo. Se te nota mucho, todo el mundo lo sabe.
-Caro: ¿Todo el mundo? Carlos, no.
-Yo: Bueno, pero ya sabes que él es un poco... ¿estúpido? Sí, estúpido. Lo digo con cariño, eh -reí.
-Caro: Bueno, vale, sí, me gusta -reconoció.
-Yo: ¡Lo sabía! -exclamé- ¿sabes? Hacéis buena pareja.
-Caro: No creo.
-Yo: Te digo yo que sí.
-Caro: Bueno da igual. Lo que quería decirte es que lo siento, y ya está.
-Yo: Vale, no te preocupes -sonreí y acto seguido, la abracé.

A la mañana siguiente me desperté por el sonido de mi móvil. Con los ojos cerrados y medio dormida, alcé mi brazo sobre la mesa intentando encontrar el móvil. Entreabrí un poco los ojos y vi quien llamaba, Justin.

*LLAMADA TELEFÓNICA:

-Yo: Hola, cariño.
-Justin: Hola, princesa. ¿Te he despertado?
-Yo: Mmm, ¿te soy sincera? Sí, me has despertado -reí.
-Justin: Laura, lo siento.
-Yo: Bah, no te preocupes. ¿Qué hora es?
-Justin: Eh, las doce y media.
-Yo: ¿Tan tarde? -grité.
-Justin: No es tan tarde -rió.
-Yo: Ya, pero suelo despertarme a las... diez o así -reí- bueno, ¿qué querías?
-Justin: Pues nada, saber si puedo ir a tu casa.
-Yo: Claro -reí- ¿por qué preguntas?
-Justin: Es para hablar con Carlos y Raquel y como ayer no me dejaste.
-Justin: Vale, bueno, ¿voy ya?
-Yo: Supongo que ya están despiertos, ven ya. Adiós, Justin.
-Justin: Hasta dentro de cinco minutos, princesa.

*FIN DE LA LLAMADA TELEFÓNICA:

Me levanté de la cama y fui al baño. Después bajé, fui a la cocina y me hice el desayuno: cereales con leche. Cogí el vaso con cereales y fui al salón. Caro, Raquel y Carlos ya estaban despiertos, estaban viendo la tele.

-Caro: ¡Buenos días! -sonrió.
-Yo: Hola -sonreí.
-Raquel: Tus padres se fueron esta mañana a no sé dónde. Creo que iban a estar todo el día fuera.
-Yo: Ah, qué bien.

Me senté en el sillón, pero justo cuando lo hice sonó el timbre. Justin, seguramente. Fui a abrir la puerta y, sí, era Justin.

-Yo: Hola -sonreí y lo besé.
-Justin: Hola, ¿todavía estás en pijama?
-Yo: Sí, ¿te recuerdo que alguien me ha llamado hace cinco minutos y me ha despertado?
-Justin: Ah, es verdad. Lo siento.
-Yo: No pasa nada -sonreí- pasa.

Justin entró y fue al salón, donde le dije que estaban Raquel y Carlos. Me senté sobre el sillón y, ahora sí, empecé a desayunar.

-Justin: ¡Hey, hola!
-Caro: ¡Hola!
-Raquel: ¡Hey! -sonrió.

Carlos no le saludó, la única vez que habló con Justin también fue así de borde, pero dadas las circunstancias, nadie dijo nada al respecto.

-Justin: A ver, quiero hablar con vosotros -señaló a Raquel y a Carlos.
-Caro: ¿Me voy?
-Justin: ¡Claro que no! -rió- Bueno, a lo que iba, que ya sé lo de vuestro padre. Lo siento mucho.
-Raquel: No te preocupes, no tiene nada que ver contigo.
-Justin: Bueno, pues Laura me dijo que no había vuelos disponibles a España hasta dentro de un par de semanas, ¿no?
-Carlos: Sí, y ¿qué quieres?
-Justin: Mmm, tengo un Jet privado. Os lo puedo dejar para que viajéis a España. Si queréis, claro.
-Raquel: ¿En serio?
-Justin: Claro -sonrió- y después, cuando vuestro padre ya esté mejor, también podéis volver en el Jet, para continuar las vacaciones.
-Raquel: ¡Justin, gracias!
-Carlos: Gracias -dijo seco. Aunque que él agradeciera algo, era demasiado.
-Justin: Podéis ir a España cuando queráis, a partir de mañana. Hoy le harán revisiones.
-Raquel: Entonces, ¿mañana podemos ir?
-Justin: Sí -afirmó- solo tenéis que decirme sobre qué hora os iréis.
-Raquel: No sé. Carlos, ¿a qué hora?
-Carlos: Por la mañana, ¿no?
-Raquel: Como quieras -se encogió de hombros.
-Carlos: Justin, ¿podemos salir sobre las doce?
-Justin: Claro.
-Carlos: Pues mañana a las doce salimos para España.
-Raquel: Bueno, pues me voy a hacer la maleta, que sino después no tengo ganas -rió y subió a hacer su maleta.
-Carlos:Yo también -se levantó- Gracias, Justin.

Subió y fue hacia la habitación de Caro y Raquel, donde estaba su maleta.

-Justin: Laura.
-Yo: Dime -giré la cabeza hacia él.
-Justin: ¿Vamos a dar una vuelta?
-Yo: Claro -sonreí.
-Justin: Te cambiarás de ropa, ¿no? -me miró raro.
-Yo: No, voy a ir con mi pijama de Mickey Mouse -lo miré mal- pues, ¿tú que crees? -reí.
-Justin: Menos mal -rió.
-Yo: Perdona que te diga, pero mi pijama es muy bonito, eh -reí- bueno, espérame voy arriba a cambiarme, ahora vuelvo -le di un pequeño beso.

Fui a la cocina, dejé el vaso y subí a mi habitación.[YOUR HAND HERE, LEED SU NOVELA:)] Me puse una camiseta morada con unos vaqueros cortos y unas supras también moradas. Me maquillé un poco y me planché el pelo. [Y YA QUE ESTOY... LEED LO DE ABAJO, QUE CASI NUNCA LO LEÉIS ¬¬ OS QUIERO;)]Tardé unos treinta minutos. Bajé.

-Yo: Justin, vámonos.
-Justin: Venga, vamos -sonrió. Se levantó del sofá y me cogió de la mano- Adiós -se despidió de Caro y de Raquel y Carlos, que ya estaban abajo.

Salimos y fuimos hacia la casa de al lado, la suya.

-Yo: ¿Vamos a tu casa?
-Justin: No, voy a por las llaves del coche. Ahora vengo -sonrió.

Entró a su casa a por las llaves, mientras tanto yo esperé afuera. Al cabo de cinco minutos Justin salió.

-Justin: Laura, ya estoy. Móntate en el coche.

Nos montamos en el coche. Bonito coche, por cierto. Y Justin arrancó.

-Yo: Bueno, y ¿adónde vamos? Me tienes intrigada.
-Justin: Eh... no lo sé, no he pensado nada. Esperaba que escogieses tú -rió.
-Yo: Ah -reí- pues, no sé, ¿a dónde quieres ir?
-Justin: Princesa, yo tampoco sé. Me da igual.
-Yo: ¡Ay, que me has dicho princesa! -lo besé.
-Justin: Como te digo siempre -rió.
-Yo: Lo sé. Eres más mono -reí.
-Justin: Bueno, ¿quieres ir al centro comercial?
-Yo: Claro -me encogí de hombros- pero tenemos dos problemas.
-Justin: Sórprendeme.
-Yo: No tengo dinero. Y, habrá fans locas -reí.
-Justin: Lo del dinero no es problema, yo sí tengo. Mmm, las fans... -puso cara de pensativo- vale, eso sí es un problema -rió.
-Yo: Entonces... podemos ir a otro sitio, si quieres.
-Justin: No. Nosotros somos una pareja normal.
-Yo: A ver, sí, una pareja normal sí somos -reí- pero tú eres famoso, ya sabes...
-Justin: Da igual, intentaré camuflarme.
-Yo: ¿Camuflarte? -reí- eso tengo que verlo.

En unos diez minutos llegamos al centro comercial. Justin aparcó.

-Justin: Laura, entra por la puerta de delante. Yo entraré por la de atrás, por la de los cines, ¿vale? Es para no llamar demasiado la atención.
-Yo: Vale -sonreí- ¿te veo en cinco minutos en frente del cine?
-Justin: Sí -sonrió. Y yo lo besé.

~Capítulo 29~


*LLAMADA TELEFÓNICA:

-Yo: Hola.
-Justin: Hola, mi amor. Ya vamos para allá.
-Yo: ¿Qué? No, no vengáis.
-Justin: ¿Por qué?
-Yo: Aquí el ambiente está muy tenso.
-Justin: ¿Cómo?
-Yo: Sí, Raquel y Carlos están llorando. David está intentando animar a Raquel. Caro se ha enfadado conmigo y se ha largado. No creo que debáis venir.
-Justin: ¿Lloran? ¿Por qué?
-Yo: Su padre.
-Justin: ¿Qué le ha pasado? ¿Se ha muerto?
-Yo: ¡Viva ese optimismo! -dije sarcástica- ¡pues claro que no!
-Justin: ¿Entonces?
-Yo: Ha tenido un accidente de coche. Tiene algunos huesos rotos, puede que entre en coma. Conozco bastante a su padre y sé que suele tener paros cardíacos. Eso no es bueno.
-Justin: ¿Cómo?
-Yo: Eso Justin, lo que te he dicho.
-Justin: ¿No piensan ir a España a verlo?
-Yo: No. No hay vuelos disponibles.
-Justin: Pueden ir en mi jet privado.
-Yo: Justin, ¿te gustaría ver a tu padre en esas pésimas condiciones?
-Justin: No, la verdad.
-Yo: Pues a ellos tampoco.
-Justin: Pero sí que me gustaría ir a animarlo. A acompañarlo, para que no se sienta solo.
-Yo: Bueno Justin, yo no sé. Si eso, vienes mañana y se lo ofreces a ellos. Pero no vengáis hoy.
-Justin: Vale.
-Yo: Ah, díselo a los demás. Para que estén informados y tal.
-Justin: Vale.
-Yo: Adiós, te quiero.
-Justin: Adiós, princesa.

*FIN DE LA LLAMADA TELEFÓNICA.

*NARRADO POR CARO:

Salí enfadada de casa de Laura y fui a dar una vuelta, a despejarme. Lo necesitaba. Pocas veces me había enfadado con Laura, una de mis mejores amigas.
¿Que me mola Carlos? Ni de coña. Lo que pasa es que no creo que Laura tenga que tontear con él teniendo novio. No me parece que eso esté bien. No. Está mal, ¿verdad? Sí, está mal. Muy mal. Así que he hecho bien reprochándoselo.
A ver, sí, Carlos es realmente irritante, pero también es simpático, gracioso. Seguramente tenga corazón, pequeñito, pequeñito, pero un corazón. Y, las cosas como son, tiene un cuerpo que... ¡madre mía, qué cuerpo! ¿Y esa sonrisa? Amplia, amigable. Transmite tranquilidad, seguridad. Tiene una sonrisa perfecta. Podría hacer un anuncio de chicles Trident, pues la suya es una verdadera sonrisa Trident. ¿Caro? ¿Qué estoy diciendo? Bueno, ¿qué estoy pensando? Mejor todavía, ¿por qué hablo sola?
Pasadas un par de horas volví a la casa.

*NARRADO POR JUSTIN:

-Laura: Adiós, te quiero.
-Yo: Adiós, princesa -nunca me cansaré de llamarla así.Sonreí, aunque ella no estuviese allí para verlo.

*FIN DE LA LLAMADA TELEFÓNICA.

-Caitlin: ¿Qué te ha dicho? -se sentó sobre Ryan. Este le pasó la mano sobre su pelo.
-Yo: A ver... el padre de Raquel y Carlos ha tenido un accidente.
-Chaz: ¿Un accidente? ¿Qué le ha pasado?
-Yo: No sé, no entró en detalles. Solo sé que ha tenido un accidente de coche.
-Sarah: Y, ¿cómo está?
-Yo: Mmm, más o menos.
-Mónica: ¿Cómo que más o menos?
-Yo: Vale, está mal.
-Chris: ¿Cómo de mal?
-Yo: Pues bastante mal.
-Ryan: Justin, ¿especificas un poco más? Gracias.
-Yo: Bueno, tiene algunos huesos rotos.
-Caitlin: ¡Arg! Me duele a mí solo de pensarlo.
-Yo: Sí, lo sé. Y, cabe la posibilidad de que entre en coma.
-Chaz: Joder...
-Mónica: Y... ¿Raquel y Carlos?
-Yo: Están mal, según me ha dicho Laura.
-Ryan: Es normal.
-Chris: Sí, ¿no van a ir a España?
-Yo: No lo sé, bueno, no lo saben ni ellos.
-Caitlin: ¿Y eso?
-Yo: No quedan vuelos disponibles hasta dentro de un par de semanas.
-Sarah: Pues déjales alguno de tus miles de aviones.
-Yo: Lo he pensado. Y, para tu información, solo tengo uno. Y no es un avión, es un Jet privado.
-Sarah: No es un avión, es un Jet privado -me imitó- pues me da igual que sea un Jet privado o un Jet público, -le interrumpí.
-Yo: ¿Jet público? -reí.
-Sarah: Sí, señorito pijo don sabelotodo para ser tan listo deberías saber que público es el contrario de privado.
-Yo: Sí, lo sé. Pero no existen los Jet públicos -reí.
-Sarah: Me da igual que existan o dejen de existir.
-Yo: Técnicamente, no dejan de existir porque nunca han existido.
-Sarah: ¿Quieres dejar de contradecirme? -reímos.
-Chaz: Ay, Justin deja a Sarah que como le dé mucho a eso de pensar se vuelve histérica -rió.
-Sarah: Uf -suspiró y luego besó a Chaz- A lo que me refiero es que les puedes dejar uno de tus cacharros voladores, llámalo Jet privado, Jet público, avión o coche con alas. Me da igual, sirven para volar, ¿no? -asentí- pues eso es lo que cuenta -reí.
-Chris: Y, ¿por qué no hoy?
-Yo: Laura ha dicho que no vayamos, que el ambiente está... muy tenso.
-Ryan: Bueno, pues entonces... ¡yo me las piro vampiro!
-Caitlin: Di eso otra vez en público, y no te vuelvo a hablar.
-Ryan: ¡Cait! Sí es gracioso.
-Caitlin: Sí, sí. ¿No ves cómo me río?
-Ryan: Pues no, no lo veo.
-Caitlin: Cómprate un diccionario y busca la palabra “ironía”.
-Ryan: ¿Con H?
-Caitlin: Sí, con H y con V. Analfabeto -lo miró mal y luego rió- Si es que eres muy tonto -lo abrazó.
-Ryan: Gracias, tú tampoco te quedas atrás -se besaron y los demás reímos.
-Chaz: Bueno, yo creo que Ryan tiene razón. Yo me voy.
-Sarah: Pues me voy contigo, cariñín mío.
-Chaz: ¿Cariñín? -rió- ¿Crees que soy pequeño?
-Sarah: Tú no, pero tu amiguito sí... -reímos.
-Chaz: ¿Qué? -dijo furioso.
-Sarah: Sí, Chris es pequeñito. ¿De qué creías que hablaba? -reímos.
-Chaz: Pues de Chris, ¿de quién iba a ser? No pienses que soy un pervertido, ni nada así.
-Sarah: Qué va, yo no pienso eso -sonrió. Y lo besó.
-Yo: Bueno, entonces, cada uno a su casa, ¿no?
-Ryan: ¿Nos estás echando? -dijo con cara de ofendido.
-Yo: Estamos en un parque, no puedo echaros de un parque -reí.
-Chris: Pero si pudieras, ¿nos echarías? -dijo intentando poner cara de sorprendido.
-Yo: Uf, claro. Llevo todo el día con vosotros y ya estoy cansado -sonreí.
-Caitlin: ¿A qué te echamos nosotros?
-Yo: Eh, soy Justin Bieber -guiñé un ojo- no me podéis echar ni de vuestra casa -dije con aires de superioridad.
-Chaz: ¡A por él! -gritó.

Chris, Ryan y Chaz se abalanzaron sobre mí. Yo salí corriendo a la vez que esquivaba alguna que otra farola. Mónica, Cait y Sarah reían a más no poder.

-Ryan: Mirad ahora como corre la nenita.
-Chris: Sí, que corra. Que como lo cojamos...
-Chaz: ¡Callaos y corred! -ordenó.
-Cait: A todo esto, ¿qué vais a hacerle cuando lo pilléis?
-Yo: ¡Eh, que no me van a pillar! Que poca fé tienes en mí.
-Cait: Oh, Chaz y Chris no sé si te pillarán, pero mi súper héroe/novio Ryan, sí lo hará.
-Ryan: Ay, cariño. No pensaba que confiaras tanto en mis súper poderes -se paró en seco.
-Cait: ¡Pero, coño, corre! Que así no lo pillas -reímos.
-Ryan: Demasiado bueno para ser verdad -susurró.
-Cait: ¿Decías algo?
-Ryan: Nada, nada -comenzó a correr de nuevo.

¡PUM! Algo, o más bien, alguien se tiró sobre mí haciéndome caer al suelo.

-Yo: ¡Mierda! -rechisté.
-Chaz: ¡Eh, eh! Lo cogí -exclamó victorioso.
-Chris: Joder, ¿me he matado a correr para esto? -se sentó sobre un banco para descansar.
-Chaz: Y el ganador, el chaval que ha atrapado a Bieber, que aparte de ser guapo, simpático, gracioso, divertido, con un cuerpo 10 y demás... también tiene una velocidad que da miedo. Un gran aplauso para: ¡Somers, Chaz Somers! -dijo con voz de presentador- Oh, gracias, gracias. No es para tanto, vas a hacer que me sonroje y todo -dijo ahora con su voz real refiriéndose al supuesto presentador. Después, hizo poses de ganador.
-Cait: Eh, tú, sin motivaciones que mi Ryan es mejor, solo que el tonto paró -rió.
-Ryan: Ay, cariño, es que tu belleza me distrae -se acercó a ella y se besaron.

Sarah y Mónica se acercaron, ya que ellas se habían quedado atrás. Mónica se fue con Chris, el cual estaba exhausto.Y Sarah con Chaz.

-Yo: Bueno, bueno. Chaz, ¿es usted tan amable de quitarse de encima mía?
-Chaz: Uf, bueno, pero solo porque me has hablado de usted. Soy importante.

Chaz se levantó y se acercó a Sarah, yo me senté en el banco junto a Chris y a Mónica.

-Chaz: Cariño, tienes un novio ganador. Siéntete orgullosa -sonrió.
-Sarah: Me siento orgullosa -rió. Y lo besó- Eres como un niño chico -lo cogió del moflete.
-Chaz: Sí, sí. Pues los niños chicos no son todo unos ganadores natos -quitó la mano de Sarah de su moflete.
-Mónica: Bueno, después de esta payasada sin sentido que habéis hecho... cada uno se va por donde ha venido, ¿no?
-Yo: Sí, al menos yo. Estoy muerto.

Nos despedimos y cada uno se fue para su casa a descansar. Habíamos pasado el día en la playa, y además, nosotros, los chicos, estuvimos corriendo por el parque sin sentido. Estábamos cansados.

*NARRADO POR LAURA:

~Capítulo 28~


*NARRADO POR LAURA:

Caro, Raquel, David y yo nos fuimos lo más rápido que pudimos hacia mi casa. Cuando llegamos, Carlos estaba en el salón sentado sobre una silla con la cabeza apoyada en los brazos. Estaba triste. Mi padre y mi madre estaban a su lado sin decir nada.

-Raquel: Carlos, ¿qué pasa? -preguntó histérica.
-Juan: Ahora te lo cuenta.
-Alicia: No lo agobies.
-Raquel: Pero, ¿qué ha pasado?
-Yo: Raquel, tranquilízate.
-Alicia: Laura, tráele a Carlos la tila que hay en la cocina.
-Yo: Claro.

Fui a la cocina y cogí la tila que después le llevé a Carlos. Cuando se la di, mi alma se partió en dos. Me miró triste, como nunca antes lo había visto.

-Yo: Carlos, no sé lo que ha pasado, pero no te preocupes -lo abracé. Y él hizo un intento de sonrisa.

Ahora mis padres ya no estaban; mi padre había subido a ducharse y mi madre se había ido a cocinar. Caro estaba sentada al lado de Carlos. Raquel estaba frente a Carlos y a su lado, David. Me senté al otro lado de Carlos. Estuvimos un buen rato en silencio hasta que Carlos rompió el hielo.

-Carlos: Veréis, es que... no sé si contarlo.
-Raquel: Carlos, por lo que más quieras, cuéntamelo.
-Yo: Si tiene que ver con vuestro padre, cuéntaselo a ella. No hace falta que nos enteremos nosotros.
-Carlos: Pero, no quiero ver a mi hermana sufrir. No sé si contárselo.
-David: Tómate tu tiempo, pero cuéntaselo.
-Caro: ¿Quieres que salgamos David, Laura y yo?
-Carlos: No, no hace falta -estuvo un rato en silencio- Esperad, ahora vuelvo -se levantó y se fue arriba.

Pasados unos quince minutos Carlos seguía sin bajar. David estaba con Raquel intentando convencerla de que no sería para tanto lo de su padre. Y Caro estaba a su lado, sin hablar. Los dejé ahí, y yo subí para buscar a Carlos. Lo encontré en la primera habitación que busqué, en la mía. Estaba tirado sobre mi cama mientras sollozaba.

-Yo: Carlos, cuéntamelo.
-Carlos: No.
-Yo: Carlos, sé más que nadie que eso que haya pasado te preocupa mucho. No lloras por cualquier cosa.
-Carlos: Es mi padre. Y tú sabes que mi padre es una de las personas que más aprecio. ¿Cómo quieres que no llore?
-Yo: Vale, ahora cuéntame qué ha pasado con tu padre.
-Carlos: Ha tenido un accidente.
-Yo: ¿Qué?
-Carlos: Sí, ha tenido un accidente de coche. Tiene varios huesos rotos y está inconsciente, seguramente caiga en coma.

Me acerqué a él y lo abracé, lo necesitaba. Él me siguió el abrazo.

-Carlos: Gracias Laura, en serio. No sabes cuánto lo necesitaba.
-Yo: No te preocupes. Ahora, cuando estés mejor bajas y se lo cuentas a Raquel, ¿vale?
-Carlos: No sé si podré.
-Yo: Sí podrás. Yo sé que sí.

Bajé y a los pocos minutos bajó Carlos detrás.

-Carlos: Raquel -ella lo miró- papá, papá... ha... -cogió aire- ha tenido un accidente. Se ha roto varios huesos y seguramente caiga en coma -su voz sonaba apagada, triste y entrecortada.
-Raquel: ¿Qué? -las lágrimas no tardaron en salir de sus ojos. David la abrazó- Pero, ¿cuándo?
-Carlos: Ayer por la noche, pero me han llamado hoy.
-Raquel: Vamos a España.
-Carlos: Ya lo he pensado, pero no podemos salir del país. No hay vuelos disponibles.
-Raquel: Da igual, voy nadando. Yo quiero volver a España.
-Carlos: Es mejor que nos quedemos aquí. Además, no querrás ver a papá tal y como está ahora, ¿no? -le costó decir aquello. Raquel no contestó- Lo suponía.

Raquel comenzó a llorar con más intensidad. David estaba a su lado abrazándola y consolándola. Mientras que Caro intentaba animar a Carlos.

-Raquel: Me voy arriba.
-Yo: ¿No vas a comer?
-Raquel: No, no me apetece.

Raquel se levantó y se fue a la habitación donde había dormido la noche anterior. David fue tras ella.

-Carlos: Laura.
-Yo: ¿Qué? -me giré hacia él.
-Carlos: ¿Puedo echarme aquí un rato? -señaló el sofá.
-Yo: No.
-Caro: Laura, sé que no te cae demasiado bien, pero déjalo, ¿no?
-Yo: No, que suba a mi habitación. Estará mejor.
-Carlos: Gracias.
-Yo: Venga, te acompaño.

Subimos los dos a mi habitación, quité las cosas que había sobre la cama y lo dejé solo para que descansara.
Cuando bajé mis padres ya estaban sentados comiendo, Caro y yo nos sentamos con ellos a comer también. Cuando acabamos de comer, mis padres subieron a su habitación a dormir. Caro y yo fuimos al salón.

*NARRADO POR DAVID:

Raquel se tumbó bocabajo sobre la cama. Yo me senté en la cama de al lado y no dije nada, simplemente me quedé allí. No quería molestarla, pero sí que quería que notase que estaría con ella pasase lo que pasase. Raquel comenzó a llorar, más bien, prosiguió llorando con más intensidad.

-Yo: Raquel, no te preocupes.
-Raquel:Es mi padre, sí me preocupo.
-Raquel: No lo entiendes. Mi padre puede que entre en coma.
-Yo: Es una posibilidad, pero no la única. También puede que se recupere, sin problemas.
-Raquel: Yo no creo eso.
-Yo: Sé optimista.
-Raquel: ¿De dónde quieres que saque el optimismo?
-Yo: Raquel, te aseguro, te prometo, que tu padre se recuperará.
-Raquel: No prometas algo que no está en tu mano.
-Yo: Lo prometo porque sé que así va a ser. Eres una buena persona, así que tu padre seguramente también lo sea. Por lo que no le va a pasar nada.
-Raquel: Es a las buenas personas a las que les sucede lo peor.
-Yo: No siempre.
-Raquel: Pero sí en la mayoría de los casos.
-Yo: ¿Sabes? Si han pasado más de veinticuatro horas desde el accidente, es improbable que entre en coma.
-Raquel: Lo sé, pero mi padre sufre paros cardíacos. Muchos. En este último año ha sufrido algunos muy graves. Y eso, no le ayuda demasiado.
-Yo: Por favor, no pienses en eso. Piensa en positivo: ya mismo estarás otra vez con él, ¿vale?
-Raquel: Eso no lo sé.
-Yo: Yo sí lo sé. Hazme caso.
-Raquel: Además, si... si a mi padre le pasa algo -tragó saliva- ¿qué pasará con mi madre? Ella lo quiere mucho, no creo que pueda seguir adelante. Y sin mi madre, yo tampoco.
-Yo: Raquel, eso no va a pasar, ¿vale? -ella iba a responder, pero yo la interrumpí- mira, ahora duermes un rato y descansas. Yo me voy a quedar en esta cama y también descanso.
-Raquel: Vale. Y gracias, de verdad.

*NARRADO POR LAURA:

-Caro: Laura, ¿qué te pasa con Carlos?
-Yo: ¿Cómo?
-Caro: Sí, estabas muy cariñosa con él.
-Yo: Te has dado cuenta de que su padre ha tenido un accidente, ¿verdad? Simplemente intentaba ser amable.
-Caro: Pero a ti te cae mal, fatal.
-Yo: Sabes perfectamente que es irritante, y que no lo aguanto. Pero ni me cae mal, ni me cae fatal. Además, aunque así fuera, esa no es razón para no tener un poco de compasión con él.
-Caro: Estás saliendo con Justin, deja a Carlos, ¿vale?
-Yo: ¿Perdona? Yo no quiero nada con Carlos. Y si quisiera algo con él, primero: este no es el momento más adecuado; y segundo: antes dejaría a Justin.
-Caro: Laura, no mientas. Se te nota a leguas.
-Yo: ¿Caro? ¿Qué mierda te has tomado? Me conoces muy bien, no sé por qué dices eso.
-Caro: Te conozco muy bien, tú misma lo has dicho. Por eso sé que te traes algo entre manos.
-Yo: Caro, no sé qué te pasa. Bueno, sí, sí, lo sé. Te mola Carlos, siempre te ha molado. Cuando yo era su novia también te molaba. Pero él nunca te ha hecho caso. Y ahora, por alguna razón que desconozco, crees que quiero algo con él.
-Caro: ¿Qué dices? Eso no es.
-Yo: Oh, vamos. No tengo la culpa de que Carlos nunca se haya fijado en ti.
-Caro: Laura, déjame.
-Yo: Déjame tú a mí. Eres tú la que empieza a sacar conclusiones cuando únicamente estaba siendo amable con él. Él y su padre están muy unidos y sé que esto es lo peor que le ha podido pasar jamás a Carlos. Lo sé porque lo conozco, mejor de lo que crees.
-Caro: Déjame -se levantó y salió de la casa.

Pero, ¿qué mierda le pasa a Caro? Ts, ha dicho cosas que no tenían ni pies ni cabeza. Lo que hacen los celos. Lo más gracioso es que no sé por qué tiene celos. No debería tenerlos.
Mi móvil comenzó a sonar. Era el número de Justin.