viernes, 4 de noviembre de 2011

[Enferma de amor] ~Capítulo 4~

-Director: Ahora quédese en clase, pero después del recreo vaya al aula 13B, allí dará las clases con Dylan.
-Yo: De acuerdo -asentí- Hasta después.

Entré a clase y pocos minutos después la campana sonó. Lo que indicaba el cambio de clase. En las dos horas siguientes, los compañeros de mi clase estuvieron dando cosas que yo no entendía. Mientras tanto, yo no hacía nada. Cuando salimos al recreo me alegré, por fin haría algo en toda la mañana.

-Sofía: ¿Vienes de España, entonces?
-Yo: Sí.
-Sofía: Y, ¿por qué viniste aquí?
-Yo: Por... bueno, por motivos personales -rasqué mi nuca- Prefiero no contarlos. No te importa, ¿no?
-Sofía: No, no, no te preocupes -sonrió.
-Yo: Sofía... -me miró- ¿conoces a una chica que se llama Clara?
-Sofía: ¿De qué curso?
-Yo: Del mismo que el nuestro.
-Sofía: ¡Sí, por supuesto! Es la chica más conocida de todo el instituto. Y de toda Stratford.
-Yo: ¿Por qué?
-Sofía: Porque tiene dinero para dar y regalar y, es la novia de Bieber.
-Yo: Ah claro, la novia del maleducado de Bieber, lo olvidaba.
-Sofía: Entiendo que sepas quién es Clara, pero ¿cómo sabías que viene a este instituto?
-Yo: Cosas de familia -me encogí de hombros.
-Sofía: Espera un momento... ¿eres familiar de ella?
-Yo: Somos primas.
-Sofía: ¡Vaya! No os parecéis ni en el blanco de los ojos.

Sonó la campana, teníamos que entrar a clase.

-Sofía: ¿Te espero a la salida?
-Yo: Eh... vale -acepté.

Entré a clase, cogí mi mochila antes de que entrara el próximo profesor y salí al pasillo. Iba a la clase 13B. Cuando estuve frente a esa clase, golpeé un par de veces la puerta.

-Dylan: Adelante.

Giré el pomo de la puerta y empujé hacia dentro. Entré a la sala. Era bastante amplia, aunque solo tenía lo básico: una mesa para Dylan, otra para mí, cada mesa con su respectiva silla, una pizarra y poco más.
Dylan señaló la silla vacía. Dejé mi mochila en el suelo y me senté.

-Dylan: Lisa, ¿no?
-Yo: Así es.
-Dylan: Bien, Lisa, me llamo Dylan Miller. Llámame Dylan. Por favor, no me trates de usted. No soy tan mayor -bromeó.
-Yo: De acuerdo, Dylan.
-Dylan: Tenemos que coger un buen ritmo. En este año tienes que dar 3º y 4º de E.S.O. Y, si podemos, también 1º de Bachillerato -suspiré. Era demasiado- No te agobies -se acercó a mí- Intentaré llevar este año lo más ameno posible -sonrió.

Cogió unos papeles de su maletín y empezó a copiar en la pizarra.

-Dylan: Saca tu libreta y el libro. Y empieza a copiar.

Hice lo que dijo y copié lo más rápido que pude. Cuando Dylan acabó de escribir, se giró y me miró.

-Dylan: ¿No acabaste todavía?
-Yo: No -negué.
-Dylan: Tienes que resumir lo que copias, sino no te dará tiempo.
-Yo: Lo siento.
-Dylan: Bah -suspiró- no pasa nada, es la primera clase.
-Yo: Ya acabé.
-Dylan: Bien -miró a la pizarra- Esto que acabas de copiar entrará en tu primer examen, pasado mañana.
-Yo: ¿Pasado mañana? -pregunté atónita.
-Dylan. No hay tiempo -se encogió de hombros- lo siento.

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Sonó la campana. Iría a casa, a descansar un rato. Recogí mis cuadernos y mis libros y los metí en mi mochila, la cual colgué a mi espalda. Me dirigí hacia la puerta y la abrí.

-Dylan: Lisa -me giré- si tienes algún problema con cualquier cosa, avísame y en algún recreo te lo explico, ¿vale?
-Yo: Claro -sonreí- Hasta mañana.

Salí del aula 13B y caminé por los pasillos hasta llegar a la clase en la que estaban todos los demás, el aula 15H. Pero ya estaba vacía. Salí de aquel edificio y en cuanto pisé la calle, vi a Sofía, que también me vio a mí.

-Sofía: ¡Lisa, Lisa! -hizo espavientos con sus manos para llamar mi atención- ¡Aquí!
-Yo: ¡Sí, ya te vi! -grité. Me reuní con ella.
-Sofía: ¿Qué tal tu clase?
-Yo: Agotadora. ¿Y la tuya?
-Sofía: Algo... normal. ¿Te acompaño a tu casa?
-Yo: No sé... a lo mejor te pilla lejos de la tuya.
-Sofía: No importa -sonrió- ¿y dónde vives?
-Yo: ¿Sabes dónde vive mi prima?
-Sofía: Ajá.
-Yo: Pues ahí mismo.
-Sofía: ¿En esa casa de película?
-Yo: Sí.
-Sofía: Buah, adoro esa casa. Algún día tendrás que invitarme, ¿eh?
-Yo: Como quieras -me encogí de hombros.

Al rato, llegamos.

-Sofía: ¿Te espero mañana en la plaza de esta mañana?
-Yo: Vale. Y gracias por acompañarme.
-Sofía: Ya te dije antes que no hay de qué. Adiós, hasta mañana.

tele.

-Yo: Hola -saludé.
-Clara: ¿Cómo llegaste al instituto?
-Yo: ¿Qué más te da?
-Clara: Tienes razón, ¿qué más me da?

Giró la cabeza hacia la tele y siguió viéndola.
Subí las escaleras hasta llegar a la planta de arriba, fui al baño y me cambié de ropa para estar más cómoda. Entré a mi habitación para hacer mis deberes. Me senté en la silla frente al escritorio y saqué mis libros. Escuché un ruido a mis espaldas, me giré.

-Yo: ¿Qué haces aquí? -pregunté.

En el umbral de la puerta de mi habitación estaba Justin.

-Justin: Tranquila, tranquila -rió- Tu prima me dijo que viniese a ver qué hacías.
-Yo: Ya ves, hago mis deberes -cogí mi libreta y empecé a escribir. Miré hacia la puerta y ahí seguía Justin- Puedes irte, eh.

Justin se giró y se fue.
Estuve toda la tarde haciendo los deberes, luego bajé. Cogí una taza y le eché leche y cereales. Fui al salón y me senté en uno de los sofás, en el otro sofá estaban Justin y Clara tumbados.

-Yo: ¿Puedo cambiar de canal? -pregunté mientras cogía el mando de la televisión.
-Clara: ¡No! Lo estamos viendo.
-Yo: ¿Que lo estábais viendo? Sí, claro -resoplé.

Dejé el mando donde estaba y me fui a merendar a la cocina.
Poco después vino Mery, que me había comprado un móvil.

-Yo: Pero que no hace falta, en serio... puedes devolverlo si quieres.
-Mery: Lisa, que te he dicho que ese móvil es tuyo y ya está, ¿vale?
-Yo: Vale, pero...
-Mery: Pues no hay más que hablar -sonrió.

Fui al salón, allí seguían Clara y Justin.

-Clara: Lisa, en la puerta hay una niña que pregunta por ti.
-Yo: ¿Quién?
-Clara: No sé, será alguna amiga tuya.
-Justin: Ah, ¿que tiene amigas? -rió y con él, Clara.

Ignoré su comentario y fui afuera. Allí estaba Sofía.

-Sofía: ¡Hey, hola!
-Yo: ¡Hola!
-Sofía: ¿Vienes a dar una vuelta?
-Yo: Sí, espera que aviso. 

[Enferma de amor] ~Capítulo 3~

Me vestí con el uniforme que Mery me había dado: una falda de cuadros, unos leotardos azul marino y un jersey verde. Tendría que ir al instituto por primera vez desde hacía ya tres años. Estaba un poco nerviosa, lo típico.
Cogí el cepillo y me lo pasé por mi cabello un par de veces. Me hice una coleta alta y me miré en el espejo. Aceptable.
Bajé a la cocina y cogí una manzana para desayunar. No tenía demasiada hambre. Me apoyé sobre la encimera y le di un mordisco. Mery y Clara estaban sentadas junto a la mesa, también desayunaban.

-Mery: Clara, acompañarás a Lisa a su clase, ¿no?
-Clara: No pienso acompañarla.
-Mery: Ya sabes lo que hablamos ayer.
-Clara: Pero mamá...
-Mery: ¡Clara, no protestes!
-Clara: Joder...
-Mery: Si vuelves a protestar, ya sabes qué pasará -le advirtió.

Clara no contestó y siguió desayunando.

-Mery: Adiós, chicas -puso su plato y su taza en el lavavajillas y se dirigió a la puerta- ¡Hasta la noche!

Tiré a la basura el resto de mi manzana y cogí la mochila.

-Yo: ¿Qué es lo que pasa si no me acompañas a clase?
-Clara: ¿Eh? -preguntó sin entender.
-Yo: Ya sabes... lo que tu madre te dijo.
-Clara: Ah, eso. Si no te acompaño, me quitará el móvil.
-Yo: ¿Tan importante es el puto móvil? -sacudí mi cabeza. No sabía cómo podía ser tan materialista- Yo ni siquiera tengo uno -protesté.
-Clara: Esta tarde, seguramente tengas uno.

No atendí a su comentario y abrí la puerta. Me apoyé sobre ella. Y parpadeé un par de veces.

-Yo: ¿Nos vamos o qué?
-Clara: No creerás que voy a acompañarte, ¿no?
-Yo: ¿Cómo? Pero si no te quitará tu móvil...¿no? -dudé.
-Clara: Si no se entera, no me lo quita -sonrió.

Salió de casa, cerró la puerta y pasó por mi lado. Se subió a su moto y se puso el casco.

-Yo: ¿Cómo coño llego yo al instituto? -grité.
-Clara: Búscate la vida -arrancó la moto y se largó.

Tiré la mochila al suelo. Empecé a andar en círculos en el jardín. Miré el reloj. Mierda, en diez minutos tenía que estar allí.
Comencé a caminar hasta el centro de la ciudad, al menos desde allí me sería más fácil llegar. Una vez estuve allí, me senté sobre un banco, no me daría tiempo.
Dejé la mochila a mi lado y suspiré. Primer día de clases y llegaba tarde. Empezaba bien el curso.

-xXx: Hola -dijo alguien. Miré y vi a una chica alta, de pelo rizado y oscuro y una tersa piel pálida. Llevaba el mismo uniforme que yo- ¿No vas al instituto?
-Yo: No sé cómo ir -respondí- Dentro de... -miré mi reloj- cinco minutos, cerrarán las puertas. Ya no me da tiempo a llegar.
-xXx: ¿Solo quedan cinco minutos? -preguntó alterada. Asentí- Bueno... voy al mismo instituto que tú, si quieres ven conmigo.
-Yo: Ya da igual. No llegaremos.
-xXx: ¡Ven! Estamos prácticamente al lado -tiró de mi mano y comenzó a andar.

En menos de un abrir y cerrar de ojos estábamos en el instituto. Tan solo estaba una calle detrás del centro de Stratford.

-Yo: Gracias -dije una vez entré a clase. La chica que me acompañó, también iba a mi misma clase.
-xXx: No hay de qué -dejó su mochila sobre una mesa- siéntate a mi lado, si quieres.

Dejé mi mochila en la mesa de al lado. Y me senté, acababa de sonar la sirena que indicaba el comienzo de la clase.

-xXx: Por cierto, soy Sofía.
-Yo: Yo Lisa.

Una mujer de, aproximadamente, cincuenta años, entró a la clase. Todos se callaron y se sentaron.

-Sofía: Es la Sra. Dawson, la profesora de francés. No te busques problemas con ella -susurró. Yo asentí.
Miró hacia los alumnos y me vio. Se acercó a paso lento, pero determinado. Me señaló.

-Sra. Dawson: ¿Quién es usted?

Yo estaba tan nerviosa que no era capaz de responderle. Las palabras no salían de mí. Sofía se percató de ello y acudió en mi rescate.

-Sofía: Es Lisa, una alumna nueva.
-Sra. Dawson: ¿Acaso es muda?
-Sofía: No -negó.
-Sra. Dawson: Sofía, la próxima vez que responda una pregunta que no va dirigida a usted, tendrá problemas, ¿entiende?
-Sofía: Sí, lo siento muchísimo, Sra. Dawson.
-Sra. Dawson: Usted, la de la mirada vacía. La que tiembla como un pequeño animalito indefenso, ¿quién es? -la miré y sí, se dirigía a mí.
-Yo: Soy Lisa, Lisa García, soy una alumna nueva -conseguí articular palabra.
-Sra. Dawson: No me habían informado de que había una alumna nueva -se quedó pensativa- Y bueno, Lisa, ¿de dónde viene?
-Yo: Madrid.
-Sra. Dawson: España, ¿eh? -especuló- Estuve allí hace un par de años.
-Yo: ¿Y qué te pareció?

Toda la clase se giró hacia mí. Yo no entendía por qué, miré a Sofía y también me miraba sorprendida.

-Sofía: Tienes que hablarle de usted. Además, el alumno nunca pregunta al profesor sobre temas que no tengan que ver con la clase -susurró.
-Yo: Oh, perdone. Yo... lo siento, no qu...
-Sra. Dawson: No se preocupe, no tiene mayor importancia -sonrió, o eso intentó- Vaya al despacho del director, tendrán que darle instrucciones, señorita García.

Me levanté y fui hacia el despacho. Golpeé un par de veces la puerta hasta que escuché al director decirme que pasara.

-Director: Buenos días.
-Yo: Buenos días. Soy Lisa García.
-Director: ¡Ah, sí! Me alegro de que esté aquí. Quería hablar con usted -asentí- Tome asiento -indicó. Me senté en una de las sillas que había frente a su mesa- Verá, como usted comprenderá, no puede entrar a una clase de segundo de Bachillerato, si lleva tres años sin ir a clases. Así que, dará las clases aparte, con un profesor para usted sola.
-Yo: ¿Como un profesor particular? -inquirí.
-Director: Algo así, pero en el colegio -explicó- Vaya a su clase, después la llamo.
-Yo: Vale.

Salí del despacho y me fui a la clase. Estuve allí mientras la Sra. Dawson daba clases de francés, prácticamente no entendía nada.
Pasada media hora alguien llamó a la puerta. Era el director.

-Director: Sra. Dawson, ¿puede Lisa salir?
-Sra. Dawson: Por supuesto.

Salí al pasillo con el director. Junto a él había otro chico. Alto, moreno, de ojos azules, y de unos veinticuatro años.

-Director: Este será su profesor.
-Yo: Soy Lisa -me presenté.
-xXx: Yo Dylan -sonrió.