sábado, 23 de abril de 2011

~Capítulo 13~

-Juan: ¡Laura, a cenar! -exclamó mi padre.
-Yo: No tengo hambre -respondí.

Ya era de noche. Sí, había pasado toda la tarde nadando. Intentando relajarme y aclarar mis pensamientos. Salí de la piscina, me sequé con la toalla y miré el móvil. Dos llamadas perdidas de Justin y un mensaje.



<<Laura, te he llamado 2 veces y no me lo coges, no sé si estás enfada (que lo entendería) o que no has podido cogerlo. Por favor, llámame cuando puedas. Un beso. Bieber>>





No tenía ganas de hablar con Justin ni con nadie. Solo tenía ganas de dormir y descansar, mañana ya hablaría con Justin. Subí a mi habitación, me puse el pijama y me metí en la cama.




Tú dices “blanco”,
yo digo “negro”,
tú dices “voy”,
yo digo “vengo”.
Miro la vida en color,
y tú en blanco y negro...(8)

Me desperté con la canción de Malú (Blanco y Negro), lo que significaba que alguien me llamaba. Sí, ya había cambiado la melodía. Miré la pantalla del móvil. Era David.




*LLAMADA TELEFÓNICA:




-Yo: ¡Hola!
-David: ¡Hola!
-Yo: ¿Qué tal?
-David: Bien, bien. Pero, te llamaba para decirte que tienes que hablar con Justin lo antes posible.
-Yo: ¿Por qué?
-David: Porque lleva desde el otro día pegado a mí llorando, contándome que no se acuerda de lo que pasó, que lo hizo sin querer, que te quiere...
-Yo: Que hubiera pensado mejor lo que hizo.
-David: Venga ya, Laura, si lo quieres, se nota.
-Yo: Que lo quiera no significa que lo vaya a perdonar tan fácilmente.
-David: Pero aunque sea habla con él, ¿no?
-Yo: No sé, ya veré.
-David: Hoy vamos a ir todos (Ryan, Chaz, Chris, Caitlin, Sarah, Mónica, Justin y David) al parque, si quieres vente y hablas con él -hizo una pausa- ¿Sí o no?
-Yo: No sé lo qué voy a hacer.
-David: Bueno, como quieras, nosotros vamos a estar desde las 19:30 hasta las 22:00, ¿vale?
-Yo: Vale.
-David: Adiós Laura.
-Yo: Adiós David.




*FIN DE LA LLAMADA TELEFÓNICA:




Me levanté, me vestí y bajé a desayunar. Después subí para usar el ordenador. El móvil comenzó a sonar. Lo cogí y lo miré. Justin. Colgué.
A los pocos minutos volvió a sonar, otra vez Justin. Y yo, otra vez colgué.
Así estuvimos como diez minutos más. Volvió a sonar.

-Yo: ¡El niño este es tonto! ¿No se da cuenta que le estoy colgando? -grité en mi habitación- ¡Dios mío!

Cogí el móvil y pulsé el botón de contestar.




*LLAMADA TELEFÓNICA:




-Yo: ¡Justin! ¿¡Qué!? -grité.
-Justin: Laura, ¿podemos hablar? -preguntó apaciblemente.
-Yo: ¡Ya estamos hablando! -grité.
-Justin: Laura, hablar en serio, sin gritos.
-Yo: ¡Y sin bofetadas! -recalqué.
-Justin: Y sin bofetadas -afirmó y acto seguido suspiró- ¿podemos hablar?
-Yo: De lo único de lo que yo tengo que hablar contigo es de la palabra “ACOSAR” Que es lo que llevas haciendo conmigo toda la mañana. Me han llegado más llamadas tuyas hoy que en toda mi vida.
-Justin: Y podría haber seguido hasta que te apeteciera coger el teléfono -hizo una pausa- Entonces, ¿podemos hablar?
-Yo: No, Justin, no tengo ganas de hablar.
-Justin: ¿Y en otro momento?
-Yo: Tal vez -colgué.




*FIN DE LA LLAMADA TELEFÓNICA:




Sí, estaba claro que teníamos que hablar, eso podía mejorar las cosas o empeorarlas, pero se aclararían. Pero en ese momento, estaba enfadada después de que Justin hubiera estado toda la mañana llamándome, ya hablaríamos en otro momento.
Pasé el día en mi habitación pensando, pasando el rato, no salí, solo para comer y para ir al baño. Tenía sueño. Miré el reloj. Las 21:00. ¡Qué asco de día! No he hecho nada, todo el día en mi habitación.
Decidí ir a dar una vuelta por ahí para estirar las piernas y dormir más tranquila. Estaba paseando por la calle cuando me acordé de lo que me dijo David: “Hoy vamos a ir todos al parque, si quieres vente y hablas con él” ¿Voy o no voy? Ahora no sé qué hacer. Bueno, yo voy y ya veré si hablo con Justin o no. Llegué al parque y estaban todos sentados riendo como locos, miré a Justin que estaba mirando al suelo. ¡Pobre! ¿Pobre de qué? ¡Qué te pegó y bien! Bueno sí, pero...

-Caitlin: ¡Laura! -se levantó y vino corriendo a darme un abrazo.
-Yo: ¡Hola! -le seguí el abrazo.
-Ryan: ¿Qué es eso? -preguntó mirándome la cara.

¡Mierda, todavía tenía la cara roja! O sea, que solo lo sabíamos David, Justin y yo.

-Yo: ¿El qué?
-Chaz: Tienes la cara roja.
-Yo: ¿Qué dices?
-David: Será que se ha maquillado mal, ¿no, Laura? -dijo cubriéndome.
-Yo: Sí, será eso -miré a Justin y este bajó la mirada.

Nos sentamos de nuevo todos en el banco. Ryan, Chaz y Chris estaban discutiendo por tonterías mientras que los demás nos reíamos.

-Chris: Pero, ¡qué es en serio! Si los planetas no son planos, ¿por qué se llaman planetas?, ¿no se tendrían que llamar “redondetas” o algo así?
-Ryan: Chris, déjate de tonterías. Chaz ¿a que está diciendo tonterías?
-Chaz: Pero tiene razón, a ver Ryan, los planetas, son redondos, ¿no? -Ryan asintió- pues por eso se tendrían que llamar “redondetas” para llamarse planetas, tendrían que ser planos.
-Ryan: ¡Ostias, es verdad!
-Chris: ¡Eso ha sido un fallo monumental! Tendremos que ir a protestar al Gobierno, o al sitio donde pongan los nombres.
-Chaz: Pues sí, eh.


El resto no podíamos parar de reír. Cada uno siguió a su bola haciendo lo que quería. Blanco y Negro (Malú). Un mensaje.



<<Hija, ¿dónde has ido?. Mamá>>


Respondí.





<<Estoy en el parque con los chicos>>


Al rato me llegó otro mensaje. ¡Joder, con mi madre! ¿Qué demonios quiere?





<<Te has cambiado la melodía, ¿por qué?. Justin>>


Pues al parecer, no era de mi madre, era de Justin. Lo miré y apartó la mirada.





<<Las canciones pasan de moda. Laura>>




<<¿Las mías también? Justin>>




<<Las tuyas las primeras. Laura>>




<<Laura, ¿dejamos los mensajes y hablamos bien? Justin>>

Me levanté, me acerqué adonde estaba Justin y tiré de su brazo. Nos alejamos de los chicos y nos fuimos a una pequeña plaza con una fuente que había en el parque.

-Justin: Joder, ¿tan fuerte te di? -dijo rozando sus dedos contra mi mejilla. Yo me encogí de hombros- Laura, lo siento mucho, de verdad, nunca hubiera hecho eso de estar sobrio. Te lo prometo -se acercó a mí.
-Yo: Sé que si no hubieras estado borracho, no lo hubieras hecho, pero el problema es que lo hiciste -le miré a los ojos.
-Justin: Sí, lo hice, pero me arrepiento, ¿vale? Y me arrepentiré el resto de mis días -dijo muy serio mirándome a los ojos.
-Yo: Tampoco te pases -reí- no hace falta que te arrepientas por el resto de tus días.
-Justin: ¡Por fin ríes! -sonrió- bueno, entonces, ¿me perdonas?
-Yo: Justin, yo, sí te perdono, pero no sé si estaremos como antes, ya sabes, de novios -bajé mi mirada al suelo.
-Justin: No te preocupes -levantó mi cara- podemos ser amigos con derecho a roce.
-Yo: Justin, -lo miré- no -reí- o todo o nada.
-Justin: Pues eres tú la que decide, si por mí fuera, ya sabes la respuesta.


-Yo: Justin, -cogí a Justin de la chaqueta y lo acerqué a mí dejándole a unos escasos tres centímetros de mis labios- Justin, bésame.


Justin se acercó y rozó sus labios con los míos. Tranquilidad. Seguridad. Respeto. Eso es lo que marcaba el beso de Justin.

-Yo: Que no se vuelva a repetir.
-Justin: Nunca jamás de los jamases. Te lo prometo -cruzó sus dedos y los besó. Yo reí, parecía un niño chico.
-Yo: Te creo.
-Justin: Te amo.
-Yo: Yo más.


Nos abrazamos. Y dimos un paseo por el parque después cada uno se fue a su casa. Justin me acompañó. Al fin llegamos.


-Yo: Adiós -le di un pequeño beso en los labios- Te amo.
-Justin: Tú, espérate, yo también te amo y todo lo que tú quieras, pero, ¿qué has hecho con mi collar? -me encogí de hombros- Mañana te lo quiero ver puesto.
-Yo: Sí, señor -hice el típico movimiento de mano que hacen los soldados.
-Justin: Y otra cosa -le miré a los ojos riéndome- ¿tú crees que te puedes despedir con ese seco beso de tu novio? -reí.
-Yo: Anda, ven.

Se acercó y nos fundimos en un gran beso, un beso de verdad. Después se fue, entré a mi casa y fui a mi cama, no sin antes ponerme el collar de Justin. Fue un día de discusiones y reconciliaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario