domingo, 29 de mayo de 2011

~Capítulo 20~

Chicas, muchas me habéis dicho que no entendisteis el capítulo anterior. Os resumo: Laura recibe cartas de alguien que NO sabe quién es pero CREE que es Justin. Ella va haciendo lo que las cartas le indican y al final llega a un lugar. Cuando está allí recuerda (flashback) que ella estuvo ahí con Justin cuando hicieron un mes de novios. Entonces, al recordar eso empieza a llorar y busca a Justin, pero ve a alguien que ha escuchado lo que Laura ha dicho (que quiere a Justin), pero ese alguien no sabemos quien es hasta este capítulo.



-Yo: Justin, sé que estás ahí. ¿Vas a salir? Venga, esto merece que te perdone -me senté en el suelo- Justin... -suspiré- te quiero -susurré.
-xXx: ¿Qué?
-Yo: Eh... yo, bueno... -me levanté- ¿Cuánto tiempo llevas ahí?
-xXx: El suficiente como para saber todo lo que has dicho.
-Yo: yo... -me lancé a sus brazos y derramé más lágrimas- lo siento, David.
-David: Pero, ¿lo sigues queriendo? ¿siempre lo has querido? -me abrazó.
-Yo: no -le miré a sus profundos ojos azules que en ese momento transmitían tristeza y más tristeza- no lo sé -apreté su cuerpo con fuerza contra el mío. Pero el dejó de abrazarme. Lo miré, su mirada estaba vacía, no me miraba, no sé donde miraba, su mirada no estaba. Parecía estar en otro mundo, otro mundo gris, apagado, y lejos, muy lejos de aquí. Lo volví a abrazar, pero, otra vez, no continuó el abrazo- David...
-David: Laura, será mejor que me vaya -se apartó de mí.
-Yo: Pero...
-David: No, no te preocupes, ¿a quién quiero engañar? Siempre he sabido que amabas a Justin.
-Yo: David, yo te quiero.
-David: Y a él lo amas.
-Yo: No mereces esto -dije en voz alta, pero hablando para mí- soy estúpida.
-David: No digas tonterías, tú no decides de quien enamorarte. Te ha tocado enamorarte de él y ser feliz.
-Yo: Y a ti enamorarte de mí y sufrir.
-David: Pero, el tiempo que he pasado a tu lado, no lo cambiaría por nada.
-Yo: Yo tampoco -me acerqué a él y lo abracé. Apoyé mi cabeza en su pecho y él me siguió el abrazo. Levanté la cara y lo besé, suavemente y con el salado sabor de las lágrimas de ambos. Él giró la cabeza.
-David: Laura, no hagas esto más difícil de lo que ya de por sí es. Me voy. ¿Quieres que te lleve?
-Yo: Sí -asentí.



Fuimos hacia su coche sin hablar. Aunque seguramente él estaría dándole vueltas a todo igual que yo.
Entramos al coche. Se sentó en el asiendo de conductor y yo en el de al lado. Arrancó.



-David: ¿Te llevo a tu casa? -preguntó con la voz entrecortada.
-Yo: Sí.


Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Soy estúpida. Es lo único en lo que pensaba. ¿Por qué demonios pensé que todo eso lo había hecho Justin? ¿Por qué dije que quería a Justin? ¿Por qué nací? Le he estropeado el día a David, y también me he estropeado el día a mí. Si yo no existiera... todo sería mejor. Soy imbécil.




*NARRADO POR DAVID:



¿Para qué he preparado yo nada? Ella ni siquiera ha pensado que fuera yo, directamente pensó que era Justin. Me hice ilusiones. Ella me quiere, pero como amigos. Soy estúpido, muy estúpido.



*NARRADO POR LAURA:



Llegamos a mi casa. Aparcó en frente del jardín. Los demás (Ryan, Caitlin, Chaz, Sarah, Justin, Chris y Mónica) estaban en el porche de mi casa.



-Yo: ¿Quieres entrar?
-David: No, gracias -miraba hacia el horizonte.
-Yo: Como quieras, los demás están ahí. ¿Le digo a tu hermana (Sarah) o a tu prima (Mónica) que te vas a tu casa?
-David: Sí.
-Yo: Vale, adiós -antes de salir lo abracé y le di un beso en la mejilla- lo siento -cojí el ramo de rosas que él me había regalado y salí.
-David: Adiós.


Escuché como David arrancaba y se alejaba por la calle hacia su casa que a penas estaba a un par de manzanas. Me acerqué a los chicos que estaban esperando a que yo saliera de casa, por lo que estaban de espaldas.




-Yo: ¿Hola? ¿Qué hacéis?
-Ryan: Nada, esperamos a que salgas.
-Yo: Ya estoy fuera, es más, llevo todo el día fuera.
-Caitlin: ¡Laura! -me abrazó.
-Yo: ¡Hola! -sonreí- Bueno, me voy dentro, adiós.
-Justin: ¿Cómo? Llevamos todo el día esperándote. Desde las 14:30h y son -miró su reloj- las 18h, ahora te vienes.
-Yo: ¿No se os ocurrió llamar al timbre o qué? Y no, no quiero ir.
-Chaz: Si llamamos, pero no nos abrieron.
-Yo: ¿No pensásteis que no estaba en mi casa? ¿Mis padres no os lo dijeron?
-Mónica: Nadie nos abrió.
-Yo: Bueno, ahora los llamaré para saber donde están. Y no, no voy a ir.
-Sarah: Venga, que vamos a la heladería y al parque.
-Yo: ¡Joder! He dicho que no. ¿Sois sordos o algo? -grité ya molesta- Sarah, Mónica, David se ha ido a vuestra casa. Adiós -entré y cerré la puerta.


Subí a mi habitación, tiré el ramo de rosas sobre la cama y empecé a llorar.




-Yo: ¡Soy gilipollas! -grité- ¡Pero gilipollas del todo! -cojí un cojín y lo tiré al suelo- ¡Imbécil! ¡Eso es lo que soy! Arruino la vida de todo el que pasa por mi lado.



Me tumbé en la cama y entre llantos y sollozos, me quedé dormida.



-Alicia: Laura, despiértate, es hora de cenar -me sacudió un poco el cuerpo- Venga, llevas mucho rato durmiendo.
-Yo: ¿Qué? -dije medio dormida.
-Alicia: Que esta mañana te fuiste, ¿recuerdas? Y luego, tu padre y yo también nos fuimos, y cuando volvimos tú estabas aquí dormida. ¿Te acuerdas?
-Yo: Eh... -me vino a la cabeza TODO lo que había pasado esa mañana- sí, sí, ya me acuerdo. ¿Ya es hora de cenar?
-Alicia: Sí, son las -miró su reloj de mano- las 21:30h. ¿Bajas a cenar o qué?
-Yo: Sí, sí, ahora voy.


No tenía muchas ganas de cenar, pero siempre que tenía un problema no comía, mi madre lo sabía y la verdad es que no tenía muchas ganas de explicarle a mi madre lo que me pasaba. Así que bajé a cenar como una chica cualquiera a la que no le pasaba nada.

Mi madre y mi padre ya estaban sentados en la mesa.


-Yo: Mmm... ¡qué bien huele! ¿qué hay de cenar?

-Juan: Macarrones con tomate.
-Yo: Me encantan.



Me senté en la mesa con ellos y empecé a comer. Llamaron al teléfono de casa.



-Yo: Voy a coger -dije.



A mi padre le molestaba que en mitad de la cena, comida, desayuno... nos interrumpieran, pero ya que lo hacían, prefería coger el teléfono rápido a dejarlo sonar más tiempo y que mi padre se mosqueara.



*LLAMADA TELEFÓNICA:



-Yo: ¿Quién es?
-xXx: Caitlin. Laura, ¿puedes quedar ahora?
-Yo: ¿Ahora? Son casi las 22h, no sé si me dejarán. ¿Para qué quieres quedar?
-Caitlin: Bueno, tú pregunta, y si te dejan te espero en quince minutos en el parque.
-Yo: Vale, espera que pregunte.



*APARTE DE LA CONVERSACIÓN.



-Yo: Mamá, ¿puedo salir con Caitlin?
-Alicia: ¿Ahora? Es muy tarde, ¿no crees?
-Yo: Oh, vamos mamá, no es tan tarde. Además no tardo. Venga, déjame.

-Alicia: Bueno, vale. Pero no tardes.
-Yo: No, no tardo. Gracias.



*EN LA LLAMADA:



-Caitlin: ¿Y bien?
-Yo: Sí, puedo ir.
-Caitlin: Vale, pues ya sabes, en quince minutos en el parque, adiós.
-Yo: Adiós.



*FIN DE LA LLAMADA TELEFÓNICA.



Salí de casa y fui al parque, cuando llegué Caitlin ya estaba allí.


-Yo: Hola -le di dos besos.

-Caitlin: Hola, ¿nos sentamos?
-Yo: Vale -me encogí de hombros.



Nos acercamos a un banco y nos sentamos. No dijimos nada.


-Caitlin: ¿Qué pasa?

-Yo: ¿Cómo que qué pasa? -pregunté confusa.
-Caitlin: Sí, ¿qué te pasa con David?
-Yo: ¿A mí? Nada.
-Caitlin: Laura, ¿tú has visto como has llegado esta mañana? Algo ha pasado. Cuéntamelo.
-Yo: Caitlin -suspiré- ha pasado que... (le conté todo)
-Caitlin: ¿Por qué creías que era Justin el de las cartas? David era tu novio, lo más normal era que fuera él, ¿no?
-Yo: Sí, lo sé, pero yo no pensé eso. Yo solo pensé que era Justin que quería que lo perdonase.
-Caitlin: ¿Y lo has perdonado?
-Yo: No he hablado con él.
-Caitlin: ¿Lo vas a perdonar?
-Yo: Supongo -me encogí de hombros.
-Caitlin: ¿Lo sigues queriendo?
-Yo: ¡No!
-Caitlin: Pero, esta mañana, dijiste que sí y David te escuchó.
-Yo: Ya, pero lo dije sin pensar.
-Caitlin: Entonces lo quieres. Lo que uno siente, no se piensa.
-Yo: Pues tal vez, no lo sé -miré el reloj- Caitlin, me voy que le dije a mi madre que no tardaría.
-Caitlin: Vale, adiós -me abrazó.
-Yo: Adiós.



Me fui a mi casa. ¿Lo seguía queriendo? ¿Seguía amando a Justin? Yo... no, no lo sé. Cuando me mira, mi corazón se para. Cuando me sonríe lo único que quiero es besarlo. Cuando me dice “princesa” quiero lanzarme a él y abrazarlo. Cuando pronuncia mi nombre, sonrío. Cuando me dice “perdóname” o “¿podemos hablar?” se me parte el alma, porque una parte de mí lo hubiera perdonado sin explicaciones, ni siquiera se hubiera enfadado con él. Pero, otra parte de mí, la que piensa con la cabeza y no con el corazón, cree que no debo perdonarlo, no quiero defraudar a sus millones de fans, no quiero sufrir porque sé que él puede conseguir a la chica que quiera con un simple movimiento de cabeza. Pero aún así, no puedo hacer nada por cambiar lo que siento hacia él, es algo que no controlo. Es más fuerte que yo. Vale, definitivamente, lo amo.
Abrí la puerta y después, la cerré. Subí al baño, me lavé los dientes y me lavé la cara. Fui a mi habitación y me puse el pijama. Recibí un mensaje.


<<Mañana hablo contigo, princesa. Justin>>




Una sonrisa se dibujo en mi cara cuando lo leí, rápidamente le contesté.



<<Está bien.>>



Dejé el móvil sobre mi mesa y apagué la luz. Me metí en la cama. ¿Qué le diría yo mañana a Justin? ¿Qué le quiero? ¿Qué vuelva conmigo? No lo sabía. Surgiría lo que tuviera que surgir. Cerré los ojos y a los pocos minutos estaba dormida.


PI-PI-PI-PI-PI!




Mierda, se me olvidó desactivar el despertador. Maldije todo lo que se me ocurrió y apagué el despertador. Me levanté y me quité el pantalón, me puse unos vaqueros cortos. Me calcé unas deportivas. Me deshice de la camiseta del pijama y la cambié por una camiseta blanca con un dibujo de Mickey Mouse caída por el hombro. Fui al cuarto de baño, me lavé la cara, me hice una trenza y me maquillé un poco, no demasiado.
Bajé a desayunar, saqué un vaso, lo llené de leche y le eché cereales. En la nevera había una nota.



<<Hemos ido a una reunión del trabajo de tu padre, volvemos a la noche. Mamá y Papá>>



Tiré la nota a la basura y me senté en la silla. Me comí los cereales y subí a por el ordenador. Hacía un montón de tiempo que no lo usaba, así que solo entré en MSN, no quería ver todas las menciones en Twitter ni los mensajes de Tuenti ni mucho menos los correos amenazantes de las fans de Justin en mi correo.
Antes de poder ver quien estaba conectado, alguien me habló. Era Justin.



-Justin dice:
Voy para tu casa, ya.
-Laura(: dice:
Vale.


Justin se desconectó y vi que estaban conectados David y Raquel (una de las amigas de España) Fui a hablar con Raquel.



-Laura(: dice:

Raquel, hace mucho que no hablamos, ¿eh?
-Raquel dice:
¡Lo sé! Laura ¡cuánto tiempo! ¿tú en MSN? ¡Imposible!
-Laura(: dice:
Aquí me ves.
-Raquel dice:
Técnicamente no te estoy viendo.
-Laura(: dice:
Raquel, sabes a que me refiero.
-Raquel dice:
¡Laura! ¿sabes qué?
-Laura(: dice:
¿Qué?
-Raquel dice:
¡Ya mismo vamos Caro y yo para Canadá a veros!
-Laura(: dice:
¿Sí? ¡Qué bien!
-Raquel dice:
Ya, y además, como ya tenemos 18 años, podemos estar el tiempo que queramos.
-Laura(: dice:
Oh, sí, es verdad. Me alegro. ¡Os podéis quedar todo el verano!
-Raquel dice:
¡Pues claro! Bueno Laura, que me voy. Un beso. Te quiero.


Raquel se desconectó y decidí hablar con David.




-Laura(: dice:
David, lo siento.
-David dice:
No te preocupes, lo entiendo. No es tu culpa.
-Laura(: dice:
Ya, pero...
-David dice:
Ni peros ni nada. ¿A qué esperas? Ve y dile a Justin lo que sientes.
-Laura(: dice:
No es tan fácil.
-David dice:
Sí es tan fácil. Solo le tienes que decir que le quieres, como dijiste ayer.



Llamaron al timbre. Supuse que era Justin. Bajé y abrí la puerta y, sí, era Justin.



-Justin: ¿Hoy me vas a dejar pasar, no?
-Yo: Sí, pasa -Justin pasó y yo cerré la puerta tras él- entra al salón. Ahora voy yo, que voy a beber agua.



Cuando salí de la cocina y entré al salón, Justin no estaba. Subí a mi habitación y ahí estaba Justin. Tenía la mirada fija en la pantalla de mi ordenador. Se le veía tan... tan perfecto, tan... tan él. Me acerqué por detrás de él y vi lo que estaba leyendo: la conversación con David.



-Yo: ¿Qué haces? -dije cerca de su oído.



Él se sobresaltó y se giró hacia mí. Su cara estaba a escasos centímetros de la mía. Miró mis labios y yo miré los suyos. Esos perfectos labios que llevaba tanto tiempo sin besar. Levanté mi vista y él me estaba mirando a los ojos.



-Justin: Nada, no hacía nada -dijo sin apartar su mirada de la mía.



Cogí el ordenador y lo apagué. Me senté en mi cama.



-Yo: Y, ¿qué quieres?
-Justin: Hablar contigo.
-Yo: Sí, hasta ahí había llegado. Quiero saber de qué.
-Justin: De ti, de mí, de nosotros.
-Yo: ¿De nosotros?
-Justin: Sí, de nosotros. Sé que me quieres. Ayer hablé con Caitlin y me dijo que dijiste que me querías, delante de David.
-Yo: ¡Yo no he dicho eso! -me levanté de la cama.
-Justin: Sí lo has dicho.
-Yo: No.
-Justin: Sí.
-Yo: ¡No!
-Justin: ¡Sí!
-Yo: Estúpido.
-Justin: Yo también te quiero -dijo irónico.
-Yo: No he dicho que te quiera -lo miré mal.
-Justin: No lo has dicho, pero lo sabes.
-Yo: ¡Qué no!
-Justin: Laura, aparte de que me lo dijo Caitlin, lo he visto en la conversación con David.
-Yo: Bueno, sí, te quiero, ¿y qué? -Justin sonrió.
-Justin: No, no me quieres.
-Yo: Pero, ¿no has dicho que sí? -pregunté confusa.
-Justin: No me quieres porque me amas -se acercó a mí.
-Yo: Tú me amas, yo no te amo -me alejé de él.
-Justin: Yo te amo, sí, está claro. Pero tú a mí también, ni se te ocurra dudarlo -se acercó a mí.
-Yo: Ni te amo, ni te quiero -seguí retrocediendo hasta que choqué con la pared.
-Justin: Laura, antes has dicho que me querías.
-Yo: Vale, sí, lo reconozco. Te quiero... te quiero lejos de mí.
-Justin: No lo estropees, con lo bonito que estaba quedando -se acercó a mí. Estábamos cara a cara, se acercó a mi oído- Te amo -susurró. Un escalofrío sacudió mi cuerpo de arriba abajo. Lo miré. Su mirada me hipnotizó, me dejó ahí sin saber qué hacer ni qué decir. Justin se fue acercando más a mí, a mis labios. Podía notar como su corazón se aceleraba y mi respiración pasó de ser lenta y pesada a rápida y seguida. Entonces me aparté.
-Justin: ¿Qué pasa?
-Yo: Que ayer corté con David y hoy no voy a hacer nada que pueda dolerle, como besarnos -me aparté aún más de él- adiós.
-Justin: Laura, ¿otra vez?
-Yo: ¿Otra vez qué?
-Justin: Otra vez lo mismo. Mírame a los ojos y dime que no me quieres, dime que no te mueres por besarme ahora mismo -lo miré a los ojos. Le brillaban con esperanza de que no fuera capaz de decirlo.
-Yo: No te quiero. No me muero por besarte ahora mismo -las palabras salieron de mí como bombas, destruyendo todo lo que pasaba por su camino. Justin me miró a los ojos. Sus profundos ojos color miel estaban clavados en los míos que no eran capaces de sostenerle la mirada. Un par de lágrimas cubrieron las mejillas de Justin hasta llegar a sus labios, estos se humedecieron al contacto con las saladas lágrimas. Me acerqué a él. Le sequé las lágrimas- Oh, vamos Justin. No llores -lo abracé- no te quiero porque te amo. No muero por besarte ahora mismo porque muero por besarte a cada instante -me miró a los ojos y esbozó una leve sonrisa- Justin, yo... joder, lo siento, pero no puedo hacerle esto a David. Me quiere, y aún así me ha apoyado para que esté contigo.
-Justin: Laura, te amo, te amo, te amo y te amo. Sé que David sufre, es normal, pero, eso no puede impedir que neguemos lo que sentimos. ¿Me perdonas?
-Yo: ¿Que si te perdono? No hay nada que perdonar -sonreí. Justin dejó de abrazarme, me miró a los ojos y sonrió, yo también sonreí.
-Justin: ¿Puedo...?¿puedo besarte? -dijo tímido. Reí.
-Yo: No tienes que preguntarlo.



Me cogió de la barbilla y levantó mi cara, me miró a los ojos y me hizo temblar. Se acercó a mí, me besó suavemente. ¡Cuánto añoraba sus besos! Esos besos que te dejaban sin aliento. Pasé mi mano derecha por su nuca, mientras acariciaba su pelo. Su respiración chocaba contra mis mejillas mientras que me decía algún que otro “te amo” al que yo le respondía con un “no más que yo”.


-Yo: Te he echado de menos.

-Justin: Yo también -se inclinó sobre mí y depositó un tierno beso en mis labios- ¿bajamos?

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