domingo, 15 de mayo de 2011

~Capítulo 18~

Me duché, me puse un vestido blanco por encima de las rodillas con unos tacones altos beis y un bolso de mano también beis. Me recogí el pelo y me dejé dos mechones sueltos a cada lado. Me maquillé un poco y me fui a la discoteca.
Eran las 23h estábamos todos dentro bailando, bebiendo, cantando... Resumiendo, estábamos pasándonoslo bien.



-Yo: David, voy a la barra, ahora vuelvo.



No sé si me escuchó porque él siguió bailando. Me acerqué a la barra.



-Camarero: ¿Qué desea?
-Yo: Eh...
-Camarero: ¿Ron con coca cola? -me ofreció.
-Yo: No, deme una fanta de limón -no iba a tomar nada con alcohol, ya había bebido bastante.
-Camarero: Claro -se alejó al otro lado de la barra- ¿Con hielo?
-Yo: Sí, por favor.


Me dejé caer sobre uno de los taburetes, apoyé mis codos en la barra y deje descansar mi cabeza entre mis manos. Estaba cansada, eran ya las 05h de la mañana y llevaba seis horas bailando sin parar y bebiendo. Aunque, tampoco bebí tanto. Sabía lo que hacía. El problema eran los demás, estaban... ¿borrachos? No, lo siguiente. Y sería yo la que se tendría que encargar de que todos llegaran a su casa sin chocarse con ninguna farola o árbol.




-Camarero: Aquí tiene -dejó la fanta delante mía.
-Yo: Gracias -sonreí en una muestra de agradecimiento.



Me bebí la fanta y miré el móvil. Las 05:30h. Me dirigí a la pista y seguí bailando con los demás.
De repente, noté que alguien me tocaba la espalda, me giré bruscamente y vi a Justin con Kayla.



-Kayla: ¡Hola! ¡Cuánto tiempo! -me abrazó.
-Yo: Sí, cuánto tiempo... -simulé alegría pero, por lo visto, parece que no se lo tragó.
-Kayla: ¿Te pasa algo?
-Yo: ¿A mí? Nada, que estoy cansada -esbocé una falsa sonrisa.
-Kayla: Ah, vale, me alegro. ¿Y qué tal?
-Yo: ¿Yo? Estoy genial -resalté el “genial” para que Justin lo notara- Y, Kayla, ¿qué haces tú por aquí? -intenté que no se notara mucho el cambio de tema.
-Kayla: Pues he venido a pasar el día aquí, me invitó Justin -Justin la miró extrañado- mañana a primera hora me voy -sonrió.
-Yo: Pues espero que te lo hayas pasado bien hoy. Me voy a seguir bailando.



Sin dejarle responder me volví con los chicos. La música estaba a todo volumen y nosotros bailábamos todo lo que ponían: pop, rock, reggaeton, rap... absolutamente todo. Nos lo pasábamos genial.



-xXx: Laura, ven.



Me giré y ahí estaba otra vez Justin, esta vez sin Kayla. No le respondí, le di la espalda y me fui. Él me siguió.



-Justin: Laura, por favor.



Seguí caminando. Y a la vez negando con la cabeza sus súplicas.



-Justin: Laura, ¿te acuerdas que te dije que cuando acabara la gira te lo explicaría?



Esta vez, no iba a ser menos, así que, tampoco le contesté. Me dirigía a los baños femeninos.



-Justin: Laura -me cogió del brazo y me paré en seco- por favor -suspiré y me giré. Tenía a Justin frente a frente, hacía tiempo que no lo tenía así, desde su concierto en Toronto.
-Yo: ¿Qué? -grité- ¿Qué c*ño quieres? -esas fueron las primeras palabras que dije a Justin desde que llegó a Canadá.
-Justin: Quiero hablar.
-Yo: Pues habla -me callé- pero no conmigo.
-Justin: Laura, ¿por qué eres así?
-Yo: ¿Cómo soy? ¿estúpida? ¿tonta? ¿inútil? ¿ingenua? ¡Dime! ¿Cómo soy?
-Justin: Sí, eres todo eso, ¿contenta? -me miró y suavizó su tono de voz- ¿por qué no me dejas explicarme?
-Yo: ¡Porque no quiero! ¿Te vale?
-Justin: No, no me vale. Quiero que hablemos. Y de aquí no me muevo hasta que no me escuches.
-Yo: Pues quédate ahí y no te muevas, que yo sí me voy.



Y sin decir nada más, me marché, me acerqué a los chicos y me quedé con ellos.



-David: Laura, vámonos ya. Que mañana voy a tener un dolor de cabeza...
-Yo: Vale -reí- no es mi culpa que hayas bebido tanto.



Salimos de la discoteca y cada uno se fue a su casa. Yo acompañé a David.



-Yo: Adiós, mi amor.
-David: Adiós preciosa -me besó y entró a su casa.


Empecé a caminar en dirección a mi casa. Eran las 8h, estaba empezando a amanecer. Algunos pájaros ya piaban felices, los rayos del sol eran cálidos aún estando en marzo. El aire era fresco y puro. Una ligera brisa azotaba las hojas de los árboles produciendo un extraño sonido. Las nubes eran blancas, parecían estar hechas de algodón, parecían ser de mentira. El cielo lucía un intenso color azul.

Me estaba acercando a mi casa, en la casa de al lado había un hombre sentado en el jardín. Yo pasé por delante y disimuladamente lo miré, era Justin. Ah, es verdad, era su casa. Entré al jardín de mi casa y busqué las llaves en mi bolso.



-xXx: ¡Laura!


¡Mierda! ¿Qué quiere ahora? No le hice caso y seguí buscando las llaves.




-Justin: Laura, venga, déjame explicarte.



Justin en el umbral de la puerta mirando al frente.



Y así pasaron el resto de los días: ir al instituto, estar con los amigos, estar con David, Justin suplicándome que le dejara explicarse, de vez en cuando íbamos a alguna fiesta y discoteca.



24 Junio, 2013:



Salimos del instituto muy contentos porque ya, definitivamente, habíamos acabado el instituto.



-Ryan: ¡Vámonos a la playa! -propuso.
-Chaz: ¿Para qué?
-Ryan: Para celebrar que hemos acabado el curso y empieza el verano.
-Caitlin: ¡Vale!


Después de ir a nuestras casas a comer y a cambiarnos de ropa, fuimos a la playa. Nada más llegar, solté la toalla, me quedé en biquini y me metí en el agua.




-Yo: ¡Vamos! ¡Bañaros!


Ryan, Caitlin, Mónica, Chris, Justin, Chaz, Sarah y David corrieron a la orilla y se bañaron. Estuvimos jugando a ver quien ahogaba a más personas, también jugamos con una pelota, jugamos a “las luchas” que consistía en subirse a caballito encima de tu pareja y derribar a la otra pareja y a un montón de juegos más.



-Yo: Yo me voy ya afuera que con tanta agua que he tragado me duele la garganta -dije a la vez que me bajaba de los hombros de David.




Salí del agua, me tumbé en la toalla boca arriba y me puse unas gafas de sol. Solo llevaba quince minutos fuera del agua pero la temperatura era tan alta que ya estaba seca. El sol ya empezaba a quemarme así que fui al quiosco a comprar una botella de agua fría para refrescarme. Despues volví a la toalla, miré al agua y allí seguían todos jugando y bañándose. Me percaté de que Justin estaba saliendo del agua. Lo ignoré y me tumbé en la toalla. Me puse los auriculares, cerré los ojos y simulé que escuchaba música.


-Justin: Laura, llevo más de tres meses intentando hablar contigo y tú no quieres, pero eso se ha acabado, hablas hoy conmigo sí o sí.




Yo lo escuché perfectamente pero no le contesté. A los pocos minutos Justin estaba impaciente.



-Justin: Laura, aunque sea dime que no quieres hablar, aunque está claro que sí vamos a hablar.



Finalmente Justin pasó sus manos por mis orejas y me quitó los auriculares. Yo abrí los ojos y le miré.


-Yo: ¿Qué haces? Lo estaba escuchando -protesté. Justin se puso un auricular.

-Justin: ¿El qué escuchabas? Está apagado.
-Yo: Lo sé -me levanté y me puse frente a él- Justin, ¿cómo me vas a suplicar hoy que te escuche? ¿Saltando? ¿Corriendo? ¿Bailando? [Fuera de la novela: Ojalá Justin bailara delante mía *.* Aww:$]
-Justin: Laura -suspiró- por favor. Solo te pido cinco minutos, y si en cinco minutos no me da tiempo a explicarme, me aguantaré y no te lo acabo de explicar. Venga, por favor. Solo escúchame, aunque luego sigas así. Por favor.
-Yo: Justin, vale.
-Justin: ¿Vale? -dijo sorprendido.
-Yo: Vale, pero no ahora.
-Justin: Entonces, ¿cuándo?
-Yo: Cuando los peces vuelen y los pájaros lean.
-Justin: ¡Laura! ¡Ya estoy harto! ¿Qué te cuesta escucharme? -gritó histérico.
-Yo: ¡Pues me cuesta mucho!
-Justin: Yo ahora me voy a mi casa, pero quiero que sepas que voy a hablar contigo, sí o sí -dijo ahora calmado.



Pasó por mi lado, recogió sus cosas y se fue.
Después los chicos acabaron saliendo y nos fuimos a nuestras respectivas casas.



Eran las 23h y estaba viendo en la tele una película que se llamaba “Scream4” [Sí, ya sé que todavía sigue en los cines, pero no he visto ni la 1 ni la 2 ni la 3 y la 4 me gustó(:]En la película moría gente, gente y, por supuesto, más gente. Yo estaba con los pies sobre el sofá por si acaso había alguien debajo, claro que no iba a ver nadie, pero viendo una película de terror, pierdo el sentido. Entonces llamaron a la puerta. Yo grité y di un salto.



-Yo: ¿Quién es ahora?



Fui a abrir la puerta pero no sin antes asomarme por la mirilla, no había nadie. Vale, esto ya me asustaba. Pero yo, como en todas las películas, en vez de quedarme dentro y no abrir, hice justamente lo contrario, abrí la puerta y efectivamente, no había nadie. Di un paso adelante y miré a ambos lados, seguía sin ver nada, así que me giré y entré en mi casa. Antes de entrar, una mano se posó en mi hombro. Volví a gritar. Me giré y era Justin.



-Yo: Tú eres tonto, ¿verdad? Me has dado un susto de muerte.



Justin me empujó hacia dentro de la casa y cerró la puerta.



-Yo: ¿Qué haces?
-Justin: Entrar a tu casa, ¿no lo ves?
-Yo: Conmigo no te pongas chulo, eh -advertí.


Me empujó contra la pared.



-Justin: Tú y yo tenemos algo pendiente, ¿recuerdas?

-Yo: ¿Qué tenemos pendiente?
-Justin: Tenemos pendiente hablar.
-Yo: Pues espera sentado yo, repito, no voy a hablar contigo -sonreí.
-Justin: ¡Laura! -gritó.
-Yo: ¡Calla! -le puse la mano en la boca- mis padres están durmiendo -retiré mi mano.
-Justin: Por favor, te lo he pedido un millón de veces.
-Yo: Un millón una.
-Justin: Vale, un millón una -sonrió.
-Yo: Cinco minutos, cinco.
-Justin: Princesa, -lo interrumpí.
-Yo: De princesa nada.
-Justin: Laura, yo era el novio de Kayla, sí. Pero solo era marketing. No soy así, nunca me iría con otra chica si tengo novia. Y menos aún, si esa novia eres tú. La gira ya ha acabado entonces, ya no tengo que seguir con ella, es más, no estoy con ella.
-Yo: Pues si solo era actuar, como tú dices, ¿por qué la besabas? Podías actuar sin besar. Y me lo podrías haber dicho hace un año y medio, no ahora. Sabes perfectamente que no hubiera contado que era marketing, a nadie.
-Justin: Me dijeron que no se lo contara a nadie.
-Yo: Vale, eso lo puedo dejar pasar. Pero, ¿los besos?


Justin se quedó callado y eso me dolió.




-Yo: ¿Ves? Ni siquiera te puedes inventar una triste escusa -levanté mi mirada, que hasta ahora había estado clavada en el suelo, hacia sus relucientes ojos. Estos se humedecieron y supe que estaba llorando.
-Justin: Laura, vale, tal vez no tenga escusas para los besos, pero...
-Yo: Ni peros ni nada, Justin. Deja de llorar.
-Justin: Laura, por favor, perdóname ¿amigos? -pronunció entre lágrimas.
-Yo: Tus cinco minutos se han acabado -lo empujé hacia afuera y cerré la puerta.

Me apoyé en la puerta y me dejé caer hasta el suelo. Sin saber bien por qué, unas lágrimas empezaron a cubrir mi rostro. 

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