viernes, 10 de junio de 2011

~Capítulo 21~

-Yo: Te he echado de menos.
-Justin: Yo también -se inclinó sobre mí y depositó un tierno beso en mis labios- ¿bajamos?



Justin estaba tumbado en el sofá y yo tumbada al lado con la cabeza apoyada en su pecho.



-Justin: Te amo -retiró un mechón de pelo que caía sobre mi cara y lo colocó detrás de mi oreja- te amo, te amo, te amo, te amo...
-Yo: Justin, te creo -reí- no hace falta que lo digas cada dos segundos, a mí no se me olvida -sonreí.
-Justin: Laura, quiero que lo sepas.
-Yo: ¿Crees que no lo sé? Llevas como media hora diciéndolo -sonreí- me ha quedado bastante claro -reí.
-Justin: Más te vale -sonrió.
-Yo: ¿Es una amenaza?
-Justin: Bueno... tal vez -sonrió.
-Yo: Ah, ¿sí? Y, ¿qué pasa si no creo que me amas?
-Justin: Prefieres no saberlo -sonrió.
-Yo: ¿Prefiero no saberlo? -reí- ¿qué es lo que pasaría?
-Justin: Estamos en horario infantil.
-Yo: Ni que estuviéramos en un programa de tele -reí.
-Justin: ¿Quieres saber lo que pasaría?
-Yo: ¡Sí!


Justin se levantó y me tiró al sofá haciendo que cayera tumbada. Se acercó y empezó a hacerme cosquillas.



-Yo: ¡Justin, para! -intenté decir entre risas.
-Justin: ¿No querías saber lo que sucedería? -siguió haciéndome cosquillas.
-Yo: Sí, pero solo si no te creía, y yo -paré de hablar para poder reír sin ahogarme- sí te creo.
-Justin: Ah, bueno, entonces te dejo -se apartó y se sentó en el sofá junto a mí sin decir nada.



Al cabo de un rato Justin seguía sin hablar.



-Yo: Justin, ¿te pasa algo?
-Justin: No -rió- ¿por qué?
-Yo: Ah, no sé, como no hablas... -me levanté- voy a beber agua.


Fui a la cocina, cogí un vaso de agua y, no, no me lo bebí. Entré al salón y me coloqué detrás del sofá donde estaba Justin. Pasé mi brazo, el que no sujetaba el vaso de agua, por el cuello de Justin. Este me miró y sonrió. Lo besé con ternura. Me aparté de él. Justin se giró.



-Justin: Bésame otra vez.
-Yo: Justin, ¿no tienes calor? -pregunté con un tono de voz sexy y me levanté un poco la camiseta, dejando al descubierto mi ombligo.
-Justin: Ni te imaginas. Hace mucho calor -resaltó el “mucho”
-Yo: Pero, ¿mucho calor o mucho mucho calor?
-Justin: Mucho mucho calor.
-Yo: Si quieres, puedo arreglarlo.
-Justin: Ah, ¿sí? ¿cómo?


Di la vuelta al sofá quedando en frente de Justin. Él me cogió por la cintura y me acercó más a él. Al estar sentado su cabeza quedaba justo por debajo de mi pecho. Me abrazó a él.


-Yo: Así -le tiré el vaso de agua encima.


Justin parpadeó un par de veces. Cerró los ojos y respiró profundamente.



-Justin: Laura, ¿qué has hecho? -separó las palabras de una en una.
-Yo: Nada, ¿no tenías calor? Simplemente, te he refrescado -reí- ¿No estás así mejor? -me alejé y dejé el vaso, ya vacío, sobre la mesa.
-Justin: Te vas a enterar.
-Yo: ¿De qué? ¿de que estás mojado? No, de eso ya me había enterado -reí.
-Justin: Tú sigue vacilando, guapa -se levantó y se acercó a mí.
-Yo: Gracias por el cumplido, tú tampoco te quedas atrás.
-Justin: Pero, ¡me he mojado!
-Yo: Ya, es lo que tiene el agua, todo lo que toca, lo moja -sonreí y salí del salón.
-Justin: Estás hoy muy graciosa, ¿no?
-Yo: Tengo motivos -sonreí.
-Justin: Cuéntame esos motivos -sonrió.
-Yo: ¡Han echado en la tele un maratón de Phineas & Ferb!
-Justin: Claro, podrías decir “soy graciosa porque estoy feliz de que estemos otra vez juntos” pero, no, Phineas & Ferb, son Phineas & Ferb. Y eso no se compara con nada.
-Yo: ¡Pues claro que no se compara con nada! -me acerqué a Justin- ¿Sabes? Así mojado estás realmente sexy -lo besé.
-Justin: ¿Te gusta que esté mojado?
-Yo: Me encanta -pasé mi lengua por su labio superior. Él se estremeció.
-Justin: Laura, ¿dónde tienes escondido el vaso de agua?
-Yo: ¿Perdona?
-Justin: Sé que tienes un vaso de agua escondido, como antes.
-Yo: No tengo ninguno -reí.
-Justin: Entonces, ¿por qué dices que estoy sexy?
-Yo: Porque es verdad -sonreí.
-Justin: ¿Sí? ¿Y así? ¿estoy más sexy? -se quitó la camiseta.
-Yo: Muchísimo más -se acercó y me abrazó contra él.
-Justin: Te amo.
-Yo: Yo más.



Justin me cogió como a un saco de patatas y me sacó fuera.



-Yo: Justin, Justin, ¿qué haces?
-Justin: Llevarte a la piscina.
-Yo: Sé ir yo solita.
-Justin: Pero te quiero llevar yo -sonrió.
-Yo: Vale, con esa sonrisa me has convencido.
-Justin: A la de tres nos tiramos, ¿vale?
-Yo: Vale -suspiré.
-Justin: ¡Una...
-Yo: Dos...
-Justin y yo: y tres! -nos cogimos de la mano y nos zambullimos en la piscina.


Cuando sacamos la cabeza del agua, sin saber por qué, empezamos a reír.



-Yo: ¿Qué pasa? -dije entre risas.
-Justin: ¡No lo sé! Pero sea lo que sea es muy gracioso -reía.
-Yo: Justin, ¡no puedo respirar!
-Justin: ¿Por qué? -dijo preocupado.
-Yo: Porque me voy a ahogar de reírme tanto -reí y segundos después, Justin también.


Salimos del agua y nos tumbamos en las hamacas.


-Justin: ¿Sabes qué?
-Yo: No, no sé.


Justin me miró, sonrió y continuó hablando.



-Justin: Con la ropa mojada tú también estás sexy -se mordió el labio.
-Yo: ¿Sí? -me levanté y me senté en la hamaca que estaba Justin.
-Justin: Sí -pasó sus brazos por mi cintura y me acercó, aún más, a él. Me besó- ¿Sabes que te quiero?
-Yo: ¿Y tú sabes que te amo?
-Justin: Sí, sí lo sé -sonrió.
-Yo: ¿Lo sabes todo?
-Justin: Por supuesto.
-Yo: Pues, a ver, dime, ¿cuánto te amo?
-Justin: Mucho, mucho, mucho.
-Yo: Venga, vale, correcto. Y... ¿hasta dónde te amo?
-Justin: Desde aquí hasta el lugar más lejano.
-Yo: Uy, uy, uy, tanto, no, eh -Justin me dio un pequeño golpe con el codo y después, ambos reímos.
-Justin: ¿Y yo?¿Cuánto te amo yo?
-Yo: Pues, no sé, aquí el que lo sabe todo eres tú, no yo -sonreí.
-Justin: Pero te puedo decir las respuestas.
-Yo: Entonces, yo no hago nada, solo repito lo que tú dices -me crucé de brazos, imitando un falso enfado.
-Justin: Bueno, probemos. ¿Qué crees que sería capaz de hacer por ti?
-Yo: Mmm... no sé.
-Justin: Todo -me susurró al oído. Yo me estremecí- vamos, dilo.
-Yo: Serías capaz de hacer todo, repito, todo por mí -lo miré y reí.
-Justin: ¿De qué te ríes?
-Yo: De ti -sonreí- ¿En serio harías cualquier cosa por mí? -pregunté incrédula.
-Justin: Sí -dijo sin siquiera pensarlo- ¿Por qué no haría cualquier cosa por ti? Tú también lo harías por mí, ¿no?
-Yo: Eh... -lo miré- claro... -reímos- Anda, vamos dentro que ya está oscureciendo.


Entramos a mi casa, yo subí a mi habitación y cambié mi ropa mojada por un pijama de la pantera rosa: pantalones cortos y camiseta de tirantes.
Justin estaba abajo en el salón. Me dirigí a las escaleras.



-Justin: Laura, ¿puedo quedarme a dormir?
-Yo: No sé, no creo, están mis padres -fui a la cocina a por un vaso de agua.
-Justin: No tienen por qué enterarse.
-Yo: ¿Y qué les digo? ¿Papá, mamá, en la cama de al lado de la mía hay un bulto, pero no hay nadie durmiendo, eh? ¿les digo eso? -reí y después me bebí el vaso de agua.
-Justin: No, pero, podría dormir contigo, en la misma cama -yo empecé a reírme- ¿Qué pasa?
-Yo: ¿Estás seguro que solo dormiríamos?

-Justin: Bueno, si tú quieres hacer otra cosa, no me importa -dijo con un tono sexy.
-Yo: ¡Justin! -él rió. Salí de la cocina y fui al salón, me senté a su lado.
-Justin: Laura, no sabes el esfuerzo que estoy haciendo ahora mismo por no saltar encima tuya y comerte a besos -sonreí.
-Yo: ¿Y por qué no puedes comerme a besos? -sonreímos.


Justin me cogió y me puso sobre él. Empezó a besarme los labios. El contacto de su piel sobre la mía hacía que temblara. Le pasé mis brazos alrededor de su cuello mientras que le acariciaba el pelo. Él puso sus manos sobre mi trasero. Me besaba el cuello y no pude evitar soltar un leve gemido. Después, fui yo la que le besaba el cuello y le dejé una marca, más coloquialmente, le hice un chupetón. Sonreí. Justin estaba marcado. Justin era mío. Me tumbó sobre el sofá y se apoyó sobre mí. Continuó besándome por el cuello y me subió un poco la camiseta. Pasó su mano derecha por mi espalda e intentó desabrocharme el sujetador. Yo pasé mi brazo izquierdo por su espalda mientras le acariciaba el torso desnudo. Me acerqué a su oído.



-Yo: Justin, las hormonas, contrólalas -me levanté y me coloqué bien la camiseta del pijama. Justin sonrió- Venga, mis padres están al llegar, ¿nos vemos mañana?
-Justin: Claro -sonrió y me besó suavemente.
-Yo: Eres mío, estás marcado -le susurré al oído.
-Justin: Tú también estás marcada -sonrió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario